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Málaga, la ciudad que avanza sobre los cimientos de su historia

Las obras del metro que sacaron a la luz hace algunas semanas los restos arqueológicos de un arrabal musulmán que derivaron en polémcia

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Restos en el Rectorado.

La ciduad semi oculta.

De visita a los restos.

Restos arqueológicos.

  • Puede presumir de ser un muestrario de historia antigua con fragmentos de murallas defensivas y edificios civiles,
  • Cuenta con estos de un puerto fluvial de época romana, cuando el río Guadalmedina, ahora sin caudal permanente, era navegable

El paso incesante de civilizaciones a lo largo de la historia ha dejado en numerosas capitales españolas vestigios que las convierten en atractivos turísticos de innegable belleza, como en el caso de Málaga, una ciudad que avanza hacia la modernidad construida sobre los cimientos de su propia historia.

Las obras del metro que se llevan a cabo en el capital de la Costa del Sol sacaron a la luz hace algunas semanas los restos arqueológicos de un arrabal musulmán que derivaron en polémica, después de que la Junta de Andalucía decidiera conservar solo una parte de ellos para su exposición en las instalaciones del suburbano.

Pero al margen de esta polémica, lo cierto es que la ciudad puede presumir de ser todo un muestrario de historia antigua, con fragmentos de murallas defensivas, edificios civiles, necrópolis, y hasta restos de un puerto fluvial de época romana, cuando el río Guadalmedina -ahora sin caudal permanente- era navegable.

"El sentido en griego de 'Malaka' es 'lugar de parada, de descanso, y lugar de clima cálido', ha señalado a Efe la arqueóloga Leticia Salvago, que sitúa el entorno de la bahía como un lugar "de asentamiento de culturas de todas partes", algo que continúa siendo.

Salvago estuvo al frente de la integración en el actual edificio del Rectorado de la Universidad de Málaga de los restos de la antigua muralla de la ciudad, en un proceso que -según explica- requirió de una estrecha colaboración con los arquitectos para poder adaptar la cimentación del edificio sin afectar los vestigios.

En el Rectorado conviven hoy las sucesivas modificaciones del muro defensivo, que van desde la época fenicia hasta la etapa musulmana, con otros elementos como las piletas romanas en las que se fabricaba el preciado "garum", una salsa elaborada a partir de vísceras de pescado.

La arqueóloga destaca el rigor con el que deben tratarse los restos por ser el eje que articula la labor conservacionista, de ahí que lamente el estado "nefasto" de otras estructuras que existen en la ciudad, como las alojadas bajo la plaza de la Marina, en el interior de uno de los aparcamientos municipales.

Según Salvago, "es una pena" su estado de conservación "rodeado de humo y coches", sobre todo cuando se trata de una muralla "única", con un sistema antisísmico de pilotaje sobre grava que incluso evitaría la oscilación del muro en caso de maremoto.

La intervención en el Rectorado es solo uno de los ejemplos de conservación llevados a cabo en la capital en edificios de la administración pública, pero no el único, también el Museo Picasso, el centro expositivo más visitado de Andalucía, reposa sobre la parte fundacional de la ciudad fenicia.

Pero el papel de la iniciativa privada ha tenido un fuerte peso a la hora de sacar a la superficie y traer a nuestros días el pasado de Málaga, como ocurre en la céntrica librería Proteo, que alberga la Puerta de Buenaventura, uno de los accesos a la ciudad, o el Hotel Vincci Posada del Patio, en el que la muralla es como es huésped de larga temporada.

Su director, Jorge de Castellvi, ha explicado a Efe que el edificio del hotel reposa sobre dos puntos muy importantes del antiguo trazado urbano, por un lado la Puerta del Río, acceso pasa mercaderes y comerciantes, y por otro, la antigua escollera del puerto romano, uno de los epicentros de producción del "garum".

Según De Castellvi, desde el primer momento fueron conscientes de que se encontraban ante una "joya" y, pese a que la intervención y el mantenimiento de los vestigios acarrea un gasto económico considerable, en su momento entendieron que formaba parte de la idiosincrasia y el encanto del hotel.

Tanto es así, que en el propio restaurante han enlazado su oferta gastronómica con una ruta por la historia de la ciudad y de la muralla, a través de un menú con influencias árabes, romanas y de la Málaga actual.

"Es una muralla que ofrecemos a nuestros clientes", pero también está "abierta a la ciudad", ha señalado el director, que invita a malagueños y foráneos a recorrer las entrañas del hotel para conocer este fragmento del muro defensivo que antes ponía límites a la ciudad. Una urbe que hoy crece sin pausa. 

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