Grupo Sando, el holding empresarial controlado por la familia malagueña Sánchez Manzano, vive tiempos de novedades y de expansión.  Así, Sando ha decidido el traslado de su sede social desde Madrid a Málaga, según información recogida por elconfidencial.com. En este medio se indica que “desde su constitución en 2002, la sede del grupo que aglutina 55 sociedades estaba en la capital española” y que fuentes de la firma han señalado que “este cambio no tiene efectos fiscales, ya que la empresa viene cumpliendo con sus obligaciones en Andalucía, y la mudanza se llevaba barajando desde hace unos años en el seno del grupo que dirige Luis Sánchez Manzano como consejero delegado”.

Por otro lado, según el relato de la noticia que firma Carlos Pizá, el Juzgado de lo Mercantil de Madrid que gestiona el acuerdo de reestructuración que se acordó el pasado mes de abril ha sido homologado ahora a principios de de septiembre, un hecho que supone su firmeza y permite al grupo “respirar por fin”, según el relato de El Confidencial confirmado por fuentes de la empresa. Para el cierre de este pacto con la banca acreedora, el holding empresarial ha aceptado ceder “hasta un 40% del capital del grupo a las entidades financieras, como avanzó El Confidencial, lo que supone reducir la deuda de 600 a 77 millones”.

Las cuentas de 2018 de la compañía señalan que Sando ha aprovechado la mejora del mercado de la construcción tanto pública como privada, siempre según el relato del medio citado, para crecer un un 37% en ventas  el pasado año, hasta 247 millones de euros.

Sando, como novedad, en sus cuentas ha realizado “por primera vez un informe de gestión cumpliendo los estándares GRI”, indica El Confidencial en el que se desglosa la distribución de la cifra de negocio entre sus principales actividades: construcción (124 millones, el 50% de la cifra de negocio total), medio ambiente (50 millones, que suponen otro 20% del total) y promoción inmobiliaria (58 millones, otro 24%). El resto corresponde a concesiones y materiales y suministros.

La cartera de negocio de la rama de construcción ascendía a 352 millones, sobre una cartera de negocio pendiente total de 552 millones. Los 200 restantes corresponden a medio ambiente. La mayoría de los casi 3.000 empleados de Sando a cierre de 2018 pertenece precisamente al área de medio ambiente (2.300), siendo los adscritos a la tradicional de construcción otros 550.