El hombre acusado de matar a su madre se declara culpable y aduce que había consumido alcohol

Publicado: 01/04/2013
Asegura que fue a la casa sólo con la intención de hablar con ella y "hacerle cambiar de opinión" sobre sus gatos
El hombre acusado de matar a su madre asestándole 28 puñaladas, tras no dejarle su familia vivir con sus gatos, se ha declarado este lunes culpable de un delito de asesinato con el agravante de parentesco. No obstante, ha apuntado que antes de ir a casa de su progenitora consumió alcohol, así como que no fue con la intención de matarla, "sino sólo de hablar con ella y hacerle cambiar de opinión".

   El acusado, al que desde este lunes juzga un jurado popular en la Audiencia Provincial de Málaga, ha afirmado que "en el día en el que se produjeron los hechos consumí alcohol; en concreto, una petaca de whisky de 250 mililitros y una lata de cerveza", que compró en un supermercado antes de acudir a casa de su madre.

   "Me dirigí a casa de mi madre para hablar con ella del tema de los gatos y discutimos --ha reconocido--; entonces ella se dirigió al cuarto vestidor a cambiarse y yo fui detrás". De repente, según ha indicado, "saqué el cuchillo y no sé lo que ocurrió".

   Ha rechazado, por tanto, que lo sucedido fuera premeditado y, de hecho, a la pregunta del fiscal acerca de por qué portaba una navaja, ha respondido que "siempre la llevo encima debido a mi antiguo trabajo como seguridad".

   Después de la agresión, abandonó el cuarto, dejando a su madre tendida en el suelo con 28 puñaladas repartidas por todo el cuerpo y cerró la puerta, según ha señalado el propio acusado, quien, a continuación, se lavó las manos y la navaja.
SE LLEVÓ UN ORDENADOR Y UN TELEVISOR

   Posteriormente, "busqué algo de valor y me llevé un ordenador portátil y una televisión", ha manifestado ante el jurado popular, agregando que "salí del domicilio de mi madre y me dirigí a una tienda de compraventa".

   Tras conseguir vender el ordenador, el acusado, según ha relatado, fue a un hostal, se cambió de ropa y se deshizo de la navaja en un parque del barrio malagueño de El Palo, entregándose a la Policía dos días después.

   La Fiscalía ha solicitado para el hombre una pena de 20 años de prisión y la acusación particular, en representación de los otros hijos de la mujer, ha pedido que se le impongan 25 años de cárcel. En ambos casos se le acusa de un delito de asesinato con agravante de parentesco.

   Los hechos sucedieron en septiembre de 2011. El hombre carecía de recursos económicos y residía en el municipio malagueño de Fuengirola con la ayuda de sus familiares, que le pagaban los gastos de alquiler y demás.

   Según sostiene la acusación pública, como su familia no podía seguir ayudándole económicamente, le propusieron trasladarse a vivir a casa de su hermana, pero le advirtieron de que "no podrían acompañarle sus dos gatos dado que sus sobrinos son alérgicos a esos animales".

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