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El 'padre Fran' encaja en un perfil de "violador seudogeneroso", según un psicólogo

Un doctor en Psicología habla del sacerdote de 34 años encarcelado en Málaga acusado de agredir sexualmente al menos a cuatro mujeres a las que sedó y grabó

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  • El doctor en psicología y profesor de la UMA Fernando Chapado. -
  • La Policía no descarta que haya más víctimas en Melilla, Málaga y Córdoba

El 'padre Fran', el sacerdote de 34 años encarcelado en Málaga acusado de agredir sexualmente al menos a cuatro mujeres a las que sedó y grabó, encajaría, a juicio de un experto psicólogo, en un perfil de "violador seudogeneroso", que se aprovecharía de su condición de autoridad religiosa para actuar.

Así lo clasifica tras analizar su caso Fernando Chapado, doctor en Psicología, profesor de la Universidad de Málaga (UMA) en asignaturas como Psicología Criminal en el Grado de Criminología, colaborador con equipos de intervención judicial, investigador en su campo y supervisor de trabajos para publicaciones internacionales.

Asegura en una entrevista con EFE que, por la descripción de sus ataques, el cura teóricamente se correspondería con ese tipo de violadores que se aprovechan de su trabajo, en este caso como religioso, y que se valdría de circunstancias "de debilidad".

Chapado explica que probablemente haría pensar a sus víctimas que "se preocupaba por ellas y que buscaba su bienestar y confort; de cara a la galería cubría esa personalidad de buen vecino, de buen profesional" e incluso la mayoría de relaciones habrían sido "cuasiconsentidas", a través de "malas artes y psicología oscura".

La Policía no descarta que haya más víctimas en Melilla, Málaga y Córdoba, donde residió el sacerdote, y está analizando el material tecnológico que se le incautó en su actual domicilio de Vélez-Málaga tras la detención.

Más posibles casos

Precisa Chapado que los casos en los que habría existido "cierto consentimiento" no han salido a la luz, aunque serían la mayoría: "Esto es como un iceberg y hemos visto varias víctimas que han pillado de casualidad".

Recuerda, en este sentido, que Francisco J.C. no fue arrestado porque las víctimas le delataran, sino porque su pareja halló un disco duro, examinó su contenido "y se destapó todo".

"Normalmente ese tipo de violador trata de crear una situación lo más próxima posible a una relación sexual consentida porque el violador seudogeneroso necesita que las víctimas incluso disfruten con él, que les acaricie", señala.

En caso de que se resistieran, no actuaría de forma violenta porque "le desenmascararía, pero las amenazaría de forma verbal y, sobre todo, utilizaría mucho el juego psicológico" con "el objetivo final" de "conseguir la sumisión de su víctima y ademas calmar su necesidad de control como agresor".

"Cuando quería ahorrar todo ese trabajo de flirteo, de seducción, puesto que su apetito era más voraz quizás de las ganas de trabajar todo esto, directamente recurría a la droga", asegura este experto, que precisa que de esa sustancia "controlaba muy bien la dosis porque conseguía que las víctimas no recordaran nada, pero que no estuvieran absolutamente dormidas, estaban un poco como atontadas".

Vídeos para revivir la experiencia

Explica Chapado que el 'padre Fran', para saciar su deseo, "hacía una colección de trofeos y suvenires", que son "las grabaciones o fotos que sacaba de las víctimas para poder revivir estas experiencias en soledad".

"De esta forma lo que consigue es tratar de retrasar el tener que volver a agredir sexualmente a otra persona, como que continúa exprimiendo la euforia de ese momento hasta que este efecto eufórico se difumina, se deshace, y vuelve a sentir necesidad de liberar adrenalina volviendo a por otra víctima", relata.

Cree Chapado que cuando no usaba droga, el arrestado necesitaba la cooperación de la víctima para mantener relaciones, y si ésta oponía resistencia podía recurrir a "amenazas verbales y, sobre todo, al chantaje sicológico".

Este tipo de personas actúan normalmente dentro de su ámbito "porque les es más fácil". También el sacerdote "se circunscribía a personas que conocía, no era un depredador que se fuera a otra zona que no conociera".

"Si no conseguía a través de sus encantos engatusarlas, embaucarlas mediante halagos y cumplidos, utilizaba esta otra vía (la sedación)", apunta Chapado, que considera que el arrestado "no tiene ningún remordimiento ni ningún pudor" y que su único objetivo era "satisfacer esa necesidad y tener esa sensación de superioridad y control frente a la victima".

Inteligencia natural

Chapado afirma que las personas que llevan a cabo este tipo de acciones "tienen una inteligencia natural importante, saben hasta dónde pueden llegar". En este sentido, considera que "una persona que esté manipulada y sometida de alguna forma, o tenga algún tipo de dependencia, seguramente no está siendo libre para poder opinar y elegir".

El especialista señala que el 80 % de los agresores sexuales comienzan esas prácticas antes de los 30 años de edad y el 70 % antes de los 25.

Ordenado sacerdote en 2017, Francisco J.C. fue párroco en una iglesia de Melilla y a comienzos de año fue destinado a los municipios de Yunquera y El Burgo (Málaga). Ahora se encuentra en prisión provisional acusado de cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Una mujer que aseguró ser pareja sentimental del cura denunció ante la Policía de Melilla haber localizado en el domicilio que compartían un disco duro con fotografías y vídeos en los que aparecían mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre realizaba todo tipo de prácticas sexuales.

Las víctimas desconocían que existieran grabaciones y no eran conscientes de haber sufrido ningún delito sexual. Las agresiones ocurrieron en diferentes años y localidades, en viajes de amigos entre los que figuraba el religioso, que habría suministrado a las mujeres una sustancia que anuló su estado de consciencia para perpetrar los hechos. 

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