Cuesta imaginar cómo es posible, aunque todo pueda serlo en este deporte. La sequía del Málaga es digna de estudio. El día que más generó, ante el Girona que casi dobla en goles esta temporada a los de Natxo. Demasiadas oportunidades desperdiciadas eran ya un indicio de lo que se venía: un magnífico tanto de Nahuel Bustos que fue un golpe bajo de los que dejan grogui. Adrián López, en 10 minutos, fue testigo presencial de la derrota. La imagen del equipo fue buena, pero como dice Natxo, los números son indefendibles. Veremos si el vitoriano continúa.
Entre Antoñín, Febas y Paulino se fabricaron pronto la primera ocasión a la puerta de Juan Carlos, que tuvo que sacar otro disparo de Brandon al siguiente minuto. Luego vino un mano a mano de Febas que intentó picarla sin éxito. Tres ocasiones claras del Málaga en doce minutos, algo insólito en los últimos meses de zozobra. Las sensaciones estaban siendo muy buenas con un Málaga de muchos cambios en el once, hasta seis: Dani Martín, Peybernes, Javi Jiménez, Brandon, Antoñín y Víctor Gómez.
Por lo civil y por lo criminal atacaban los de Natxo, ocupando espacios. Como con prisas de abrir el marcador antes de que el Girona golpeara primero, oliendo lo que se venía. Aunque el impulso inicial bajó cuando el Girona se hizo con la pelota y buscó a Stuani, que no llegó por centímetros a un remate en boca de gol. El Girona, sin esperarlo, se vio superado hasta el punto de cambiar al atacante Samu Sáiz en el minuto 35, que propinó insultos a su entrenador Míchel. Así sufría el equipo catalán, que mejoró tímidamente hasta el descanso.
Dos intentos de Brandon Thomas volvieron a reivindicar ese gen ofensivo que se lleva buscando durante semanas. Y vino una tras otra. Brandon otra vez. Paradón a una mano de Juan Carlos. Y el gol sin caer. El Málaga, en trance, no sabe ni cómo no tenía todavía el 0-1 en su bolsillo.
Tras el vendaval sin premio, Natxo movió banquillo, entraron Genaro y Kevin. Atrás hubo máxima seguridad, con Stuani atado en corto, pero con varios ojos puestos en Pablo Moreno y demás atacantes. Se rebajó. Para los últimos diez minutos entró el recién llegado Adrián y ahí vino el gol del Girona, a falta de ocho para terminar, cuando más duele. Una estaca para este equipo golpeado, un día más, por la crueldad de la Segunda División. Nahuel se paró en seco, dejó en el barro a Peybernes con el recorte y definió con una clase superlativa (1-0, min. 83).
Ese destino ya nada ni nadie iba a cambiarlo. Equipo abatido, sin explicaciones ante esta racha de cara a puerta. Ocho disparos, varios disparos muy claros y nada. El Girona supo hacer lo que el Málaga no sabe.
Ya los cuatro minutos de descuento fueron con el balón en las botas de los blanquirrojos frente a la impotencia malaguista. La de sus aficionados, cada vez más tristes con la deriva. De Girona quizá muchos esperaban derrota, pero de esta forma cruel hay que sacar algo positivo y es la imagen del equipo: fue mejor que el cuarto clasificado, pero esto no trata de ser el mejor. A estas alturas solo vale ganar. Cada semana que pasa se escurren más las esperanzas, mientras amenaza el descenso. Pero son ocho finales y hay tiempo de levantarse.
Ficha técnica:
Girona: Juan Carlos; Juncà, Arnau, Bernardo, Juanpe, Jairo; Pol Lozano, Víctor Sánchez; Álex Baena, Samu Sáiz (Iván Martín, 35’), Stuani.
Málaga CF: Dani Martín; Víctor Gómez, Peybernes, Lombán, Javi Jiménez; Escassi (Roberto, 89’); Paulino (Adrián, 81’), Jozabed, Febas (Genaro, 71’), Antoñín (Kevin, 71’), Brandon Thomas (Vadillo, 89’).
Árbitro: Caparrós Hernández. Amonestó con amarilla a Jozabed, Lombán, Genaro Víctor Gómez del Málaga y a Víctor Sánchez, Bernardo y Pablo Moreno del Girona.
Incidencias: Partido de la jornada 34 de LaLiga Smartbank disputado en Montilivi, Girona.