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Decepción en Majadahonda y adiós a la Copa (1-0)

El Málaga cae eliminado de la Copa del Rey en un mal partido ante el Rayo Majadahonda, al que le bastó un 1-0 con gol a balón parado de Rubén Sánchez

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  • El Málaga no estuvo a la altura ante un Rayo Majadahonda que tuvo más intensidad. -

Tirar la Copa. Un clásico por estos lares. El Málaga fue inepto un martes cualquiera. Sin capacidad de reacción por muchos cambios que se hicieran, el Rayo Majadahonda hizo su partido a la perfección: rebuscar el gol hasta encontrarlo y, una vez suyo, cuidarlo. Lo del Cerro del Espino queda ya como la enésima decepción copera del Málaga más soso de la temporada. Ni Brandon ni Chavarría ni Hicham ni Sekou ni Víctor Gómez ni nadie pudo evitar lo inevitable. Golpe de realidad y baño de humildad ante un Primera RFEF, aunque el que lo pareciera vistiese de naranja.

Tres amarillas, cero tiros a puertas y menos posesión que el Rayo Majadahonda. Con esa simpleza puede definirse la primera parte del Málaga en el Cerro de Espino, donde los locales propusieron más (sin ser mucho) convirtiendo el partido en un tira y afloja de juego directo. Poca elaboración, poca gente en el estadio y ambiente de amistoso de pretemporada. La noche de martes de Copa no pintaba apasionante, pero había que andar con cuidado. El Málaga fue un experimento desde el principio: Moussa Diarra, otro canterano que debuta en partido oficial en la entidad, acompañó a Pey en la zaga, Brian Cufré fue de repente centrocampista junto a Genaro y reapareció Larrubia, homólogo en la banda contraria de Jairo.

Para la segunda parte, José Alberto metió a Brandon por Jairo, el Málaga intentó insistir por esa banda izquierda pero en un tramo de chispa del rival, ocurrió lo esperado. El gol del Rayo llegó en un córner, después de dos avisos, muy bien sacado por Néstor Susaeta y mejor rematado todavía por Rubén Sánchez. A Dani Barrio solo le quedó ser estatua (1-0, min 59). La reacción del Málaga fue introducir a Dani Lorenzo e Hicham, sobresalientes en Eibar. El conjunto madrileño, crecido con el 1-0, le complicó la existencia al Málaga, que se mantuvo en el partido gracias a una parada  de mérito de Dani Barrio. Genaro replicó con un trallazo al larguero, justo en ese contexo inevitable en que los locales se encerraban atrás.

A 20 minutos del final entró la bulla, Víctor Gómez y Sekou saltaron al verde en busca de encontrar la remontada a base de centros laterales. Con el equipo volcado, el Rayo tuvo un par de contras donde rozó la sentencia y el Málaga, con el peso de la vergüenza, intentó tirar más de corazón que de sentido. Roberto y Genaro tuvieron remates de cabeza para igualar, pero la puntería del equipo preocupa. Dejó mucho que desear y no es nada nuevo. Nada por aquí, nada por allá. Final del partido, caras largas y enfado a la vista en la afición. Qué peligro tiene este equipo, capaz de ilusionar y decepcionar a la velocidad que un superdeportivo pasa de cero a cien. Habrá que centrarse en LaLiga, aunque tropiezos como el de Majadahonda restan credibilidad a este equipo.

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