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La Vertical

Durmiendo en su regazo

Aquella noche el insomnio se apoderó de él. Decidió levantarse, con poca  luz, atisbó una figura recostada en el suelo

  • Cristo de la Buena Muerte. -

Aquella noche el insomnio se apoderó de él. Decidió levantarse, con poca  luz, atisbó una figura recostada en el suelo. Él también hizo lo propio. Le habló en  varias ocasiones pero no recibió respuesta. Pensó que estaba durmiendo porque  le había palpado los ojos y los tenía cerrados. 

Cuando estaba adormecido una suave voz le despertó. No acertó escuchar  lo que decía. Parece que procede de su compañero de esa cama improvisada. Con  parsimonia, le acaricia los ojos y concluyó que mantenía un sueño profundo por lo  que de él no pudo venir esas insinuaciones que no acertó a dirimir. 

En uno de sus intentos por buscar una posición adecuada para descansar,  se topa con una herida y se levanta de inmediato, pero la falta de luz le impide  moverse por si tropezaba con algún mueble, así que decide mantenerse en la  misma posición. Se habrá hecho un pequeño corte con el cuchillo. A mi padre, cortando jamón, también se le abrió una raja. 

Quien compartía lecho con él estaba esquelético. Le tocaba las costillas y  manoseaba las suyas. Qué poco come, pobrecito, lo mismo no tiene donde caerse muerto. 

También estaba frío. Intentó buscar una manta para arroparlo pero, al  levantarse, tropezó con una silla y abandonó la idea para no despertar a su familia. Volvió a acostarse, pegado al costado donde encontró la herida. Era  agradable la sensación que percibía…, tan placentero que le visitó Hipno, el señor  de los sueños en la mitología griega. 

A la mañana siguiente, el escultor Jacinto Higueras Fuentes, buscaba  incansablemente a su hijo Andrés, de año y medio. Lo halló dormido y abrazado al  Cristo, que estaba tumbado en el suelo. Era el Cristo de la Buena Muerte, que lo  expuso en su casa de Madrid antes de su traslado a Jaén. Muchas personalidades  acudieron a verlo, entre ellas la Infanta Isabel. 

Higueras tenía un modelo gitano que le pidió un milagro al Cristo,  concretamente, necesitaba que le tocara la lotería. A partir del siguiente sorteo el  gitano ya no volvió a aparecer por el estudio del insigne escultor, parece ser que le  tocó una participación en el Gordo de Navidad.

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