Jerez es una ciudad que, en ocasiones, no destaca por sus ofertas en cuanto a ocio y mucho menos si se tratan de ocio náutico. Un ocio náutico que ahora se instala en Jerez de la mano de Lars Olsson, un sueco de nacimiento que, con su acento andaluz, ha dado vida a un río Guadalete gracias a sus piraguas y a su nuevo negocio Surfjak Aqwasport Jerez.
Pero ¿cómo llega un competidor piragüista sueco hasta Jerez? Como el propio Olsson nos indica: “Se dieron muchas casualidades”, puesto que “patrocinaba a una marca sueca de piraguas y esa marca estaba en una competición de élite en Sanlúcar y me desvié para llegar y pasé con mi coche por el Monasterio de la Cartuja y pude ver el río”. Para Lars Olsson este desvío accidentado “fue toda una señal. Vi el edificio pegado al río con un gran cartel de «se vende» y vi el embarcadero y una base para montar lo que yo quería”. Pero antes de desembarcar en Jerez, este piragüista ha dado tumbos por toda Europa debido a que “desde el año 94 empecé a dar clases en un pequeño pantano en Marbella, en el Lago de las Tortugas y también he dado clases en otros puntos de España”, como él relata.
Ahora, con su nuevo negocio en Jerez se encuentra feliz, sobre todo porque “apenas hemos abierto y ya la aceptación social es tremenda, sobre todo en cuanto a expectativa”, cuenta Olsson, quien añade que “hasta ahora muchísima gente ha venido para ver el sitio, para pasear… pero de momento hemos hecho muy poco, pero hay mucha aceptación y hay mucha gente que quiere venir, que nos pregunta por los precios, los horarios… yo creo que va a ir muy bien.”
Llama sobre todo la atención el hecho de que este nuevo comercio se emplace en el río Guadalete, un río casi abandonado en los últimos años y que, como explica Olsson, “es un río único, aunque también tiene sus problemas porque no tiene mucha fluidez y eso hace que el río poco a poco pierda profundidad. Y esto es un problema grave… tienen que hacer algo para mantenerlo abierto”. Un río que, además, fue determinante para que finalmente este emprendedor sueco se decidiera por venir a Jerez, ya que le sorprendió mucho el hecho de que “a pesar de ser verano, el río estaba lleno de agua, algo muy extraño en otros sitios, y esto facilitó que me decidiera”, añadiendo que “esto hace que la temporada de kayak sea más larga, mientras que en Suecia por ejemplo, es muy corta, son sólo 3 meses.”
Y además, este piragüista se sorprende también por la cantidad de vínculos que existen entre muchos jerezanos y el Guadalete, relatando que “hay mucha gente que nos cuenta que vinieron al río con sus abuelos, sus familiares, hace muchos años. Lo hacían cada semana y tienen recuerdos entrañables de eso”, y aprovecha para reivindicar el abandono que ha sufrido el río durante años atrás alegando que “mucha gente me escribe diciendo que le gusta mucho saber que el río Guadalete se va a reutilizar de alguna manera, y que es una pena que el Ayuntamiento de Jerez no ha atendido el Guadalete y eso me emociona incluso.”
En cuanto a las sensaciones que le produce viajar en kayak por este río y el feedback que ha recibido en los primeros días de apertura, comenta que una de las primeras cosas que hizo cuando abrió fue “remar desde La Ina hasta abajo, y me alucinaba las vistas que tenía este río y eso que he hecho muchos ríos durante toda mi vida y pocos ríos son tan exóticos como el Guadalete”. Para Olsson, la percepción y el exotismo de este río “es como si fuera el Amazonas, al menos la idea, la sensación… es que es muy exótico” añadiendo entre risas que “por suerte, no hay cocodrilos ni anacondas.”
Y entre risas sigue remando en su nuevo negocio este risueño piragüista sueco que ahora quiere trasmitir sus conocimientos y su experiencia con los remos con los jerezanos y con todo aquel que quiera acercarse a disfrutar de la bonita y extraña experiencia de hacer piragüismo en el río Guadalete.