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Lunes 01/07/2024  

Jerez

“No somos bichos raros; quiero que me respeten igual que yo respeto”

José Blas Moreno reconoce que se encuentra "algo nervioso" ante la cita de este domingo y adelanta un Pregón sincero

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El Teatro Villamarta acoge a mediodía de este domingo el Pregón de la Semana Santa de Jerez, que en esta ocasión ofrece José Blas Moreno González, cofrade entre otras de la Hermandad de la Amargura. José Blas Moreno será presentado por su propio hermano, Juan Carlos. El acto contará con la participación de la Banda Municipal de Música de Jerez, que interpretará las marchas Amargura (Beigbeder), Corpus Christi (Uralde) y Amarguras (Font de Anta).

¿Cómo se encuentra el pregonero en las vísperas de la cita del Teatro Villamarta?
–Me encuentro algo nervioso a medida que se va acercando el día, por la responsabilidad tan inmensa que voy a tener de pregonar la que para mí es la mejor Semana Santa del mundo. Soy consciente de que los primeros minutos serán complicados, pero una vez que me haya asentado todo será más fácil. Creo tenerlo todo bajo control.

¿Está ya finalizado el Pregón?
–Sí, aproximadamente desde finales febrero o principios de marzo, si bien es cierto que he hecho algunas correcciones, aunque no muchas, porque he seguido el consejo de pregoneros anteriores que me recomendaron que no lo tocara mucho para que no perdiera naturalidad. Lo que he hecho fundamentalmente es reducirle el tiempo, porque no quería que fuera muy largo.

¿De cuánto tiempo estamos hablando?
–Realmente no lo sé, pero no va a ser largo. Sí puedo decir que están reflejadas las 45 hermandades y no con una frase, sino al menos con un párrafo, porque creo que si dejara de nombrar a una sola hermandad ya no estaríamos hablando del Pregón de la Semana Santa de Jerez. No he medido el tiempo, pero si utilizamos una terminología futbolística, quizá lleguemos a los penaltis...

¿Era el Pregón que buscaba desde un principio o ha surgido de un modo más o menos espontáneo?
–Creo que era lo que inicialmente quería, que era que el Pregón se identificara conmigo, con mi forma de ser, con mi forma de ver este mundo nuestro de las cofradías e incluso con mi forma de creer. Lo que me pone más nervioso es que ahí va buena parte de mi vida. Por mi trabajo estoy bastante acostumbrado a hablar en público, pero de cosas muy objetivas, y esto es diferente, porque se trata de abrirse en canal ante el público. Lo más difícil de un pregón es controlar los sentimientos y este va a ser un pregón muy sentimental. Ahí va mi vida...

Entiendo que ahí va a jugar un papel muy importante la Virgen de la Amargura...
–Es que es parte fundamental de nuestra vida. La Amargura lo es todo. Me ha ayudado en los momentos de debilidad, que ha habido muchos en estos últimos meses. Desde el principio dejé claro que el final del Pregón está reservado a la Virgen de la Amargura, y así será...

Más allá de esas vivencias que va a trasladar al auditorio de Villamarta, ¿cómo es la estructura del Pregón?
–Hay una mezcla de proesa y poesía, aunque me ha salido más poesía de la que había previsto, y lleva una estructura clásica. Lo fundamental es que es mío, con lo bueno y lo malo. Se me ofrece la oportunidad de dirigirme a mucha gente y tengo que aprovechar para romper una lanza e intentar defender nuestra forma de entender este mundo ante los ataques que estamos sufriendo, ante el odio que se emana hacia todo lo que sale de nosotros. Tengo la costumbre de santiguarme cuando paso por delante de una iglesia y noto cómo la gente me mira como si fuera un bicho raro. No somos bichos raros. Quiero que me respeten de la misma manera que respeto a los demás.

Es perfecto conocedor del mundo de las hermandades. ¿Ha descubierto algo que no conociera con anterioridad gracias a su condición de pregonero?
–He recibido un cariño inmenso y he notado cómo las hermandades han puesto en mis manos su mejor tesoro, porque he tenido una cercanía a las imágenes que en la vida pensaba que pudiera tener. Eso no lo agradeceré lo suficiente en toda mi vida.

¿Cómo le gustaría que se recordase su Pregón?
–Como el de un cofrade que ha hablado del que para él es el mejor momento del año, lo que vive durante todo el año. El Pregón soy yo y no voy ni a ocultarme ni a esconderme. Quiero que me recuerden con cariño, espero que no les resulte pesado y si en algún momento se pueden reír, que se rían. 

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