Las conversaciones que se han iniciado esta semana con el objetivo de explorar la posibilidad de que PSOE, Ganemos e IU integren un gobierno tripartito pueden derivar finalmente en un acuerdo de gobernabilidad que de algún modo supondría una revisión del que permitió la investidura de Mamen Sánchez como alcaldesa en junio de 2015.
Fuentes del entorno del propio Ejecutivo han explicado a este medio que la posibilidad real de que PSOE, Ganemos e IU integren un gobierno tripartito parece a día de hoy remota, ya que Ganemos mantiene la exigencia de que Sánchez abandone la Alcaldía y el PSOE ha expresado públicamente su respaldo a la regidora.
Además, esas mismas fuentes interpretan que a Ganemos tampoco le interesa integrarse en el Gobierno porque ello le supondría un desgaste, al tiempo que le impediría ejercer como oposición. De ahí que la exigencia del cese de Sánchez se visualice desde el Ejecutivo como una estrategia de la agrupación de electores para mantener su estatus actual.
Eso sí, nadie cuestiona que entre PSOE, Ganemos e IU existen muchos puntos en común, lo que significa que existen fundadas posibilidades de cerrar un acuerdo de gobernabilidad por el periodo que resta de legislatura. Ese acuerdo tendría que incluir buena parte de las propuestas que Ganemos e IU van a presentar próximamente en un documento conjunto y, sobre todo, compromisos reales de que esas políticas van a ejecutarse.
Otra alternativa pasaría por la entrada en el Ejecutivo de IU, que en las últimas semanas ha aparcado el debate de los sillones para centrarse en las bases de ese hipotético pacto de gobierno. Sin embargo, todo apunta a que IU no entraría a formar un Ejecutivo con el PSOE, ya que esa fue la postura que adoptó antes de la investidura de Sánchez.
Entonces, IU defendió que su entrada en el Gobierno no bastaría para darle la estabilidad necesaria y que siempre estaría en desventaja con el PSOE al contar únicamente con dos concejales.
Nueva etapa de gobierno
El acuerdo de gobernabilidad entre PSOE, Ganemos e IU podría dar paso a una remodelación de la estructura del actual Ejecutivo, que pasaría por una posible redistribución de competencias entre los concejales socialistas.
A nadie escapa que algunos ediles asumen un exceso de competencias, lo que dificulta y ralentiza la propia acción de gobierno. El Ejecutivo trabaja por tanto con idea de redistribuir esas competencias, tratando de optimizar un equipo que es bastante corto y ha debido sustentarse en los técnicos.