Convencido de que su proyecto puede ganar las elecciones autonómicas y que el PP es el único partido que puede cambiar Andalucía y terminar con la corrupción, el líder del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, habla de su proyecto político, de sus propuestas para reactivar una comunidad en la que el PSOE es la primera causa de sus problemas. y Susana Díaz, un ejemplo de soberbia y altivez.
El 1 de marzo se cumple un año de su proclamación como líder del PP-A, cuando dijo tener la convicción de que ganarían las elecciones en 2016. ¿Sigue convencido de esa afirmación?
—Absolutamente. Andalucía se merece otra manera de gobernar, otro estilo y otra Andalucía es posible. Y si ganamos hace tres años, ¿por qué no lo vamos a reeditar?
Ha dicho que sin este adelanto electoral, el PP hubiera ganado
—Nuestro objetivo fundamental es ganar y todas las encuestas dicen que va a estar muy abierto. Hay posibilidades de ganar y de gobernar. Pero es cierto que condiciona el adelanto que la señora Díaz ha preferido por tacticismo político, más pensando en el adversario político, en darle menos tiempo para desarrollar el programa y dar a conocer el proyecto. Pero las cuentas le van a salir mal.
Para ese tanto por ciento que dicen las encuestas que no lo conocen, ¿cómo se presenta?
—Como un andaluz común, con una enorme inquietud política y un gran compromiso público muy fuerte desde pequeño, porque siempre me han dolido mucho los tópicos sobre los andaluces y porque creo que podemos ser los primeros. Y eso me ha llevado a liderar un proyecto político regenerador para cambiar tantas cosas que no funcionan en esta tierra después de 30 años de gobierno socialista.
¿Por qué cree que Andalucía ocupa las últimas posiciones?
—PSOE, esa es la respuesta. En el 82 había comunidades con índices muy parecidos, 32 años después, todas han avanzado y en Andalucía, a pesar de los fondos recibidos, no hemos mejorado por aplicar políticas que no son las correctas, que han ampliado las desigualdades, y por un gobierno que no ha sido capaz de aprovechar las oportunidades.
Nació en Cataluña, de donde retornaron sus padres, que son comerciantes, y su familia también es jornalera. ¿Qué tiene de esas dos Andalucías?
—Los andaluces somos fruto de ese mestizaje, como yo. Cierto que tengo esos antecedentes pero los andaluces son personas trabajadoras, sacrificadas y leales. Tengo esas dos mezclas, de la Andalucía capaz, valiente, orgullosa y ambiciosa. Y podemos mejorar Andalucía quitando los obstáculos y el principal es el Gobierno socialista de la Junta.
Parándonos en esa Andalucía jornalera, ¿cuál es su modelo?
—Creo en el campo, es un gran elemento de transformación y de empleo pero somos los que menos valor añadido sacamos. Quiero copiar el modelo que deja más recursos y empleo, dando una dimensión amplia a cada sector, la Junta tiene que ayudar a abrir nuevos canales de comercialización, e incorporar innovación y desarrollo. Tenemos mucho que ofrecer a ese valor añadido y el campo tendrá un lugar en primera línea de mi Gobierno.
Plantea una rebaja fiscal y el fin del impuesto de Sucesiones. ¿Cómo compensaría la merma de ingresos?
—Somos un partido de Gobierno y no como otros, que no gobiernan y pueden prometer lo que quieran, de modo que pensamos y meditamos cualquier propuesta. Y la del impuesto de sucesiones es viable, bajar el primer año un cuarto, el segundo llegar a un 50%, el tercero al 75% y se quedaría al 99%, pero evitaría el éxodo fiscal de los que se van a tributar a otras comunidades.
Es decir, que habría más ganancias al evitar ese éxodo...
—Los impuestos lo que hacen es que nuestra tierra no sea atractiva para la inversión, tenemos que evitar la fuga de ingresos financieros. Al final ganamos más que perdemos.
Y le suma una rebaja fiscal
—Hay que incentivar el consumo. Planteamos una rebaja de dos puntos del tramo autonómico para que las rentas medias y bajas puedan ahorrar una media de 400 a 450 euros, que pueden gastárselo dinamizando el consumo, así la economía coge vigor. Queremos hacer lo que hacen otras comunidades, ¿por qué somos los que más pagamos si no recibimos los mejores servicios?
Hablando de servicios y de sanidad, ¿cómo la gestionaría?
—Es un modelo muy mal gestionado, le ha faltado previsión, planificación y hablar con los profesionales. Tenemos una deuda galopante y a los profesionales absolutamente quemados y con razón, con una enorme inestabilidad. Tenemos un sistema público de salud agotado por el modelo de gestión socialista y hay luces rojas encendiéndose. Hay que reorientar el mapa sanitario, abrir los centros acabados, dar equilibrio en las cuentas con eficiencia en la gestión, que los profesionales puedan evaluar y participar, y, sobre todo, que no prime la política en los cuadros intermedios.
¿Desde lo público?
—Aquí no va a haber privatizaciones, en el actual modelo socialista conviven modelos mixtos, externalizados y públicos, pero lo que necesitamos es colaboración para mantener un servicio público, gratuito y universal. Lo que hay que parar son las fusiones hospitalarias y los recortes, que Susana Díaz nunca habla de ellos pero ha recortado 2.500 millones y ha expulsado a casi 8.000 profesionales . Habrá que quitar gastos superfluos y llevarlos a sanidad y educación.
Ha hablado, en educación, de sacar a los políticos de la gestión
—Los docentes te dicen que hay una excesiva intervención de lo político en los planes y los inspectores están más en el gasto que en otra cosa. El problema es la falta de medios y hay que meter más recursos, contar con los profesionales y darles la autoridad pública.
¿Habrá oferta de empleo?
—Es absolutamente necesario y se puede porque la tasa de reposición está al 50% y hay que cubrir las vacantes. Igual que hay políticos que se quedarán en el paro, también habrá miles de políticos en cargos de gestión que saldrán, no podemos tener a mil políticos introducidos en la administración.
Y el paro, la gran lacra de Andalucía. ¿Cree en el destino?
—A veces sí
Lo digo porque nació el 1 de mayo y quizás esté llamado a terminar con esa lacra...
—No lo había pensado pero quizás. Yo me pregunto, ¿qué tienen otros que no tengamos nosotros? No hay ninguna diferencia, lo que no tenemos son las políticas necesarias. Andalucía no es atractiva por presión fiscal, burocracia administrativa, enredo de disposiciones normativas y tenemos achicharrada la marca Andalucía por la corrupción. Hay que romper con eso, hay que erradicar la corrupción y no puede hacerlo el que lleva 30 años, sólo se puede hacer con un gobierno nuevo.
¿Cómo acabaría con la corrupción?
— Con un gobierno y un equipo nuevo. Si Díaz lo primero que hace es aforar a los que están señalados, es que no tiene interés. Se necesita mucha transparencia, con interventores que fiscalicen las cuentas, una ley de subvenciones que sepamos a dónde ha ido el último euro público, evaluación de las inversiones públicas para reorientarlas si no funcionan. Y la corrupción pasará a la historia.
¿Es partidario de crear empleo a golpe de decreto?
—Sólo para sectores muy específicos pero el resto, hay que crear oportunidades, dinamismo, que la Junta deje de ser un obstáculo y sea un motor económico. Podemos seguir prosperando, aquí hay más talento y diversidad que nos hace competitivo. Mientras siga llegando sólo el 1% de las inversiones, no vamos a avanzar.
Le hemos escuchado decir, y en eso coincide con IU, que Susana Díaz no es de fiar pero le ha ofrecido un pacto de gobernabilidad para que Podemos no llegue al poder.
—Yo pongo por delante los intereses de Andalucía a los de partido y Andalucía lo que necesita es estabilidad institucional y política. Estaba dispuesto a apoyarla en los presupuestos. Pero a partir del 22 de marzo, voy a ganar las elecciones. Y si tengo la bicicleta y alguien puede pedalear conmigo, veremos. Pero me niego a darle un cheque en blanco a un partido que nos ha llevado a donde estamos.
Espera ganar aunque sea con un voto de diferencia y Podemos lo que dice es que el PP es su adversario. ¿Para usted también?
—No. Es un adversario ideológico pero creo que nos generaría más inestabilidad.
¿No lo subiría al tándem?
—Para nada, no hay puntos de encuentro de lo poco que conozco. Lo que quiero es gobernar y necesito ganar. Si gano, aunque sea con un voto, voy a gobernar. De lo que estoy convencido es que el PSOE pactaría con quien tuviera que pactar y si tiene que abrirle las puertas a Podemos, lo hará.
¿Y Ciudadanos?
—Emergente y muy ajena a la realidad andaluza. Pero sólo hay dos partidos que pueden gobernar Andalucía y una fuerza minoritaria que araña votos sólo dificulta las posibilidades de cambio, que sólo representa el PP. Pero al votante del PP le pido que conozca el ideario de Ciudadanos, más en el centro izquierda. El voto útil, práctico y de cambio, es el PP.
¿Y si no llegase a gobernar, aunque usted no lo contemple?
—Mi referencia es gobernar pero si no, seguiría trabajando por los andaluces y para que se produjera el cambio y que el PP sea una fuerza centrada, coherente y sensata frente a aventuras ideológicas.
Al hablar de un gobierno centrado, ¿se puede entender que reniegan de su ideología?
—Somos una fuerza mayoritaria y necesitamos generar una amplia mayoría, es un gran proyecto donde cabe todo el mundo. No somos un partido de izquierda ni radical, pero sí sensato, plural y capaz de convocar a la mayoría.
¿Da por perdido el cara a cara con Susana Díaz?
—Sí, ha querido evitar el cara a cara con cualquier treta para que no sea vea que es mucho márketing y no debatir de ideas y programas. Al final se ha conseguido un debate a tres, en el que intentaremos desenmascarar su política de artificios.
¿Qué cree usted que queda del 28F?
—Se han roto muchos puentes, muchos consensos, la búsqueda de puntos de encuentro. Ha desaparecido por la soberbia y altivez de una dirigente como Susana Díaz a la que le ofrecido hasta siete pactos y todos han sido ninguneados. Representa a la política vieja pero nadie tiene todas las soluciones y hay que incorporar soluciones que nos aporte la sociedad.
Rajoy va a estar mucho en su campaña. Hay quienes piensan que es para contrarrestar que se le conozca poco
—Quien dice eso es mi adversario político y tiene una clara intencionalidad. El presidente también es el de todos los andaluces, si Andalucía ha pagado facturas es porque el gobierno de España ha colaborado con 21.000 millones de auxilio financiero, y a mi me parece adecuado. Es verdad que la señora Díaz no puede decir lo mismo porque no se habla y está a la gresca con Pedro Sánchez. Yo hablo de Andalucía y ella de Rajoy y de España, porque su cabeza está en otro horizonte, en esas primarias tras las elecciones y veremos que sus ambiciones están en otras latitudes.
¿Cuál es la primera decisión que tomaría si llegara al Gobierno?
—Reorganizar los órganos instrumentales y entes para crear empleo con un equipo cualificado. El empleo es mi obsesión.
El Gobierno local ha evaluado en 100 millones de euros la “deuda histórica” de la Junta con Jerez; ¿a qué proyectos daría usted prioridad conociendo, como debe conocer, la lista elaborada por el PP jerezano?
—La prioridad para el PP es resolver aquellos asuntos que, a causa del desprecio, el incumplimiento y la nefasta gestión del PSOE, están perjudicando directamente a los ciudadanos. Estamos hablando de sanidad, educación, y por supuesto, empleo. Entre algunos de ellos está el acabar de manera inmediata con el colapso de las Urgencias, el cierre de camas y la falta de recursos humanos y materiales del Hospital, cumplir con su Plan Modernización, acabar con el triste récord de ser la ciudad con más colegios con aulas prefabricadas y reactivar políticas activas de empleo paralizadas por la Junta.
Javier Arenas se comprometió en su día a elaborar una “carta especial” de apoyo a municipios como Jerez aquejados por el lastre de una deuda municipal insoportable; ¿tiene previsto algún tipo de herramienta similar?
—Las circunstancias de Jerez hace cuatro años son muy diferentes a las actuales. Durante todo este proceso el Gobierno de España ha realizado la ayuda económica más importante de la historia al Ayuntamiento con el pago de más de 400 millones de euros en facturas de proveedores, algunas del año 93, que han permitido asegurar la prestación de los servicios y que los proveedores cobren, más de mil empresas. Igualmente se ha llegado a un acuerdo histórico para el pago de la deuda con Seguridad Social y Hacienda y se han flexibilizado las condiciones de devolución del plan de pagos a proveedores, alargando el plazo y reduciendo los intereses de la deuda. Sin embargo, por parte de la Junta, la actuación ha sido la contraria, ya que se ha disminuido la aportación de la Patrica conforme a la ley en más de un 15%, se sigue manteniendo una deuda importante de más de 7 millones de euros en concepto de IBI, de programas de empleo, vivienda y del servicio de ayuda a domicilio. El Ayuntamiento está prestando, costeando y financiando servicios que son competencias de la Junta por importe de 15 millones de euros anuales y que suponen un importante lastre para las cuentas municipales.