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"Sueño mucho con él, con pinchazos y con sangre"

El imputado por la muerte de un amigo en Las Tablas tras una discusión por una trituradora de marihuana, dice que no recuerda los hechos

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  • Imagen del juicio celebrado este martes en Jerez

Hace casi dos años, nada más producirse la violenta muerte de su amigo en la barriada rural de Las Tablas tras una discusión por la propiedad de una trituradora de marihuana, el presunto autor material confesó los hechos ante la Policía. Ayer en el banquillo, sin embargo, el testimonio  de Adrián S.F, ante el juez y el jurado popular fue más bien descafeinado ante una supuesta pérdida de memoria con la que aportó pocos datos de lo ocurrido. Sí habló de su vida: consumía estupefacientes desde los nueve años y había tenido problemas con la justicia por su adicción tras una infancia difícil por supuestos malos tratos en su casa. 


Cabizbajo, dijo que sueña “mucho” con la víctima, Francisco C.B, pero que “no recuerdo el día de los hechos con exactitud”. “Tengo imágenes en las que estaba encima de mí, se levanta la camiseta y tiene pinchazos y sangre. Sueño mucho con ese día y con cosas pero no consigo encajarlas del todo”. Eso sí, su memoria era algo selectiva ya que se refirió a los “gritos y amenazas” del fallecido en el exterior de su casa minutos antes de perder la vida, así como que esa misma tarde llegaron a pegarse. Por contra, dijo no acordarse del momento en el que presuntamente cogió el cuchillo de la cocina para asestarle al menos ocho puñaladas, según la calificación de los hechos del Ministerio Fiscal.


Mucho más esclarecedores fueron los relatos de dos amigos en común de ambos y testigos directos de lo ocurrido. Juan L. M. G, que llevó a la víctima malherida al hospital  tras la agresión, estuvo por la mañana con los dos en su taller haciendo reparaciones y vio todo “normal”.

Después, cada uno se fue a su casa, pero la máquina ‘pica’, como la llamaban y que ha sido el desencadenante por el que un joven ha perdido su vida, se quedó en la nave. A partir de ahí llegaron los problemas. Al parecer, como relató, este artefacto, un molinillo para picar droga,  era del imputado pero el fallecido la había cogido hacía algún tiempo de su coche y la dejó olvidada en el taller, con lo que Adrián aprovechó para llevársela. 

Cuando Francisco C.B, conocido como El Peque  y de 21 años, la echó en falta,  llamó a este amigo en común y éste le aclaró que la máquina la cogió Adrián. No lo dudó. Se presentó en casa de este último y le pegó “dos hostias” tras pedirle que se la devolviera. La cosa no quedó ahí. Por la noche, El Peque volvió a casa de Adrián y desde el coche le lanzó “amenazas de muerte y gritos”, lo que hizo que su padre saliera y le pidiera que se fuera.  De poco sirvieron los intentos de José Luis y otro amigo para mediar tras recibir una llamada del imputado y presentarse allí. Adrián por fin salió fuera. “Iba deprisa y con el cuchillo escondido. Se puso en frente de él (el  fallecido) y se lo clavó por detrás”, tras lo cual los dos cayeron al suelo y el acusado “se le echó encima”. Fue al incorporarse cuando vieron el arma. “Todavía no nos creemos lo que ha pasado”, lamentaba uno de los amigos de esta barriada.

“Mi hijo era una persona tranquila y pacífica”

Poco o nada tenía que ver con el resto el retrato que hizo el acusado de la víctima. Dejó claro que eran “conocidos” y aseguró que habitualmente solía llevar en el coche una navaja . Según él, pasaban tiempo juntos “por temas de drogas”, tras advertir que en su caso consumía estupefacientes “desde los nueve años”.También dijo que anteriormente habían tenido problemas y que Francisco le había amenazado de muerte. Los otros dos testigos, sin embargo, aseguraron que la víctima “jamás” salía con una navaja y que no tomaba drogas. Visiblemente afectada, la madre del fallecido dijo que su hijo “trabajaba, era tranquilo, pacífico y no tomaba drogas”. Mientras que el padre del imputado, que presenció los hechos, se acogió a su derecho de no declarar.

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