En base a las informaciones recibidas, los denunciantes pudieron observar un grupo amplio de personas con rasgos magrebíes merodeando por la zona, si bien en un primer momento no lo tomaron como una amenaza. Sin embargo, momentos después, el grupo subió por la citada calle al encuentro de los dos jóvenes, al parecer con intención de increparles y amenazarles. Al observar la escena, los familiares se resguardaron en el interior del edificio, mientras este grupo de personas profería insultos y amenazas. Después, los denunciantes alertaron de la situación al policía, quien a su vez llamó a compañeros del Cuerpo Municipal para que acudieran en ayuda de sus allegados.
Al poco tiempo, se presentó en el lugar una patrulla de la Policía Local, logrando disolver el conato de reyerta. No hubo detenidos, si bien desde el entorno de las víctimas se señala que los jóvenes amenazados identificaron al menos a cuatro personas de entre el grupo de magrebíes que habrían tomado parte en los actos de intimidación del pasado mes de diciembre. Las mismas fuentes matizaron que, sin embargo, no pesaba orden de alejamiento sobre ninguno de los cuatro.
Este diario pudo saber que el agente y su entorno tienen previsto tramitar en la Comisaría local una ampliación de su denuncia inicial por la agresión del pasado 14 de diciembre, en la que un grupo de entre 18 y 20 personas abordó al policía, su suegro y sus dos cuñados y llegó supuestamente a agredirlos. Al mismo tiempo, solicitaron, dentro de los términos que permite la ley, “algún tipo de protección”, ante el “acoso” que dicen estar sufriendo.
Como prueba de ello, el jueves siguiente a la primera agresión, familiares de la víctima denunciaron haber sufrido un nuevo episodio de acoso por parte de un grupo de varias personas.
Durante este mes ha habido al menos una comparecencia en el juzgado por parte tanto del policía agredido como por los presuntos agresores, quienes, según informaciones recibidas por EL FARO INFORMACIÓN, han presentado a su vez denuncia contra el policía y sus familiares, al parecer por las lesiones que supuestamente les habían provocado el día de la primera agresión.
Desde la posición del agente, se busca llevar el caso hacia la vía penal, ya que hasta el momento se está tratando como una falta administrativa.