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Jerez

Cincuenta años de la llegada del sacerdote José Luis Repetto a Jerez

El 6 de agosto de 1962, tres años después de ordenarse, se encargó de Santa Ana

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  • El día en que fue nombrado hijo adoptivo de Jerez. -

Cincuenta años de estancia en Jerez cumplirá mañana lunes el que ya es, desde diciembre de 2010, hijo adoptivo de la ciudad, el sacerdote José Luis Repetto Betes.
Natural de Sanlúcar de Barrameda, Repetto, que se encuentra en situación de sacerdote jubilado activo, nació el 8 de agosto de 1936 y fue ordenado en Sevilla el 21 de junio de 1959. Sólo tres años después, el 6 de agosto de 1962, ya comenzaba su ministerio en una ciudad que comenzaba a a expandirse y su primera labor fue ponerse al frente de la  parroquia de Santa Ana, en el barrio de La Plata en el comienzo del nuevo Jerez de aquel entonces. E 1973 al sacar, por oposición, la plaza de abad de la entonces Colegiata de Nuestro Señor San Salvador abandonó su puesto de párroco. Posteriormente pasó a ser deán del nuevo Cabildo Catedral tras erigirse la Diócesis de Asidonia-Jerez.
En 2010 era relevado de la responsabilidad en el primer templo diocesano para mantener el de párroco de San Salvador y San Dionisio Areopagita. Ha sido también responsable diocesano de Arte Sacro y de Liturgia.
Al margen de su labor sacerdotal ha desarrollado  una amplia  de investigación histórica con importante producción bibliográfica en terrenos como la hagiografía, en especial la vida de San Juan Grande en cuyo patronazgo de la Diócesis y canonización en 1996 tuvo un papel importante.
Pero, del mismo modo, ha abordado una importante labor de estudio sobre otros temas locales de gran interés. Dirigió el Centro de Estudios Históricos Jerezanos y es miembro de número de la Academia San Dionisio de Artes, Ciencias y Letras.  Las hermandades también han encontrado  en el padre Repetto un colaborador cercano al que han recurrido cuando se ha querido realizar una investigación histórica completa y rigurosa que lo ha sido si llevaba su aval, toda una garantía de que el trabajo cumpliría con las exigencias que todo trabajo de este carácter demanda. Querido y respetado, su entrega sin ambages, y mostrando siempre con rotundidad su enorme personalidad, se ha ganado el reconocimiento del mundo cofrade local donde es uno de los nombres fundamentales para entender la etapa más contemporánea de este movimiento en la ciudad, tal es así que en 1979 fue  pregonero de la Semana Santa. Y lo fue también de otros importantes acontecimientos que ya están en la historia cofrade jerezana. También ha sido autor de obras fundamentales de la Semana Santa.
Toda esta faceta, junto con su gran labor como eclesiástico, contribuyó de modo decidido al reconocimiento como hijo adoptivo de Jerez.
 

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