De nuevo ha saltado a la actualidad el más que lamentable estado que presentan las viviendas de La Piñera, situadas en las inmediaciones de la calle Andalucía. A raíz de la denuncia de la que se hizo eco EL FARO INFORMACIÓN, María del Mar Martín, una de las propietarias de una de estas casas, la situada en el segundo D del número 6 de la calle Mediterráneo, negó las afirmaciones realizadas a este diario por la Delegación Provincial de Vivienda de la Junta de Andalucía, en el sentido de que “la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), no ha reparado nuestras viviendas porque realizaron en el año 2008 un trabajo de campo para recabar el interés de los vecinos para que se rehabilitasen estas viviendas y se negaron”.
En éste sentido, la denunciante afirma que “llevo cinco años esperando la rehabilitación, dado que yo inicié la tramitación de los documentos, antes de 2008, para ello y no me ha servido para nada”.
María del Mar Martín manifestó que “después de llevar tramitando toda la documentación desde tres años antes, en el verano de 2009 nos informaron del presupuesto que había y nos dijeron que cada vecino debería aportar 4.000 euros, para lo que podríamos pedir un préstamos como comunidad de propietarios”. Por ello, “hicimos las gestiones con el banco, que no solicitaba documentación por parte de EPSA para acreditar que el dinero se iba a destinar a rehabilitar el edificio”.
La pelota, unos a otros
Más tarde, “nos anunciaron que antes de noviembre de 2009 los vecinos seríamos realojados y que se acometerían las obras en diciembre de ese mismo año”. Sin embargo, “el tiempo pasó y ahora, el responsable de la Oficina de Rehabilitación de Viviendas Saladillo-Piñera, Antonio Berenjena, argumenta que la Junta no tiene dinero para llevar a cabo la rehabilitación, a pesar de que fui a la oficina con los trozos de escombro que me caen del techo y esgrimiendo un reportaje de 33 fotografías, para que comprobasen el estado de nuestras casas”.
Ante esta circunstancia, “esta semana hemos recibido una carta de EPSA que señala como responsable de la situación que presentan las viviendas a la Junta de Andalucía, porque se tiran la pelota unos a otros, sin que se nos de una solución”.
Mientras, María del Mar Martín, separada y madres de dos hijos,de 13 y 11 años, “desde que adquirí la vivienda en el mayo de 2006, no he podido habitarla porque, cuando empecé a pintar las paredes y los techos, se me cayeron encima”. De hecho, la denunciante esgrimió un certificado de inhabitabilidad “que fue emitido por Antonio Berenjena el 8 de junio de 2009”.
Asimismo, manifestó que en su casa “no se puede acceder a la cocina, porque está llena de escombros y todos los techos de la vivienda se han caído ya”. También denunció que sus vecinos “viven en un permanente riesgo de que los techos y a lo largo de las paredes se rezume el agua, porque están empapadas”.
Por ello, “una de las vecinas tuvo un cortocircuito, con la suerte que fue de día y pudo reaccionar a tiempo. Además, “esta mujer no puede cerrar la puerta de entrada de su casa, porque, en ese caso, no podría volver a abrirla y quedaría encerrada”.
También “mi vecino de abajo está en la misma circunstancia, como consecuencia del estado en que está mi vivienda, y cuando está comiendo, le caen los escombros encima de la cabeza”. Todas estas situaciones “las hemos puesto en conocimiento de la Delegación Municipal de Vivienda, donde siempre hemos tenido una magnífica atención, pero ellos no pueden hacer nada”.
Mientras, destacó, “en la parte alta de La Piñera, residentes de casas que están más habitables que las nuestras, han sido realojados porque, no es que vayan a rehabilitarlas, sino que las tirarán y harán otras nuevas”.