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Las entidades bancarias dejan a la zona rural de Jerez con los servicios bajo mínimos

Las siete pedanías y quince barriadas rurales apenas disponen de cuatro sucursales y tres cajeros automáticos para una población de más de veinte mil personas

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  • Un usuario operando en el único cajero de Guadalcacín. -

Las siete entidades locales autónomas (ELA) y quince barriadas rurales del término municipal de Jerez apenas disponen actualmente de cuatro sucursales bancarias y tres cajeros automáticos para atender a una población de algo más de veinte mil habitantes, según los propios datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta circunstancia viene motivando las quejas de los alcaldes pedáneos o presidentes de estas entidades locales, que en ocasiones deben de acompañar a las personas mayores a realizar operaciones aparentemente tan sencillas y cotidianas como la de sacar dinero de un cajero automático.

El presidente de la ELA de Torrecera, Francisco Arcila, no duda en denunciar esta “vergüenza”, lamentando que la pedanía apenas disponga de un cajero “que funciona a duras penas” y que “está más tiempo averiado que en funcionamiento”.

Torrecera tenía una sucursal que prestaba servicio “dos días a la semana” hasta que llegó el Covid.

Entonces decidieron centralizar el servicio en La Barca, lugar al que se ven obligados a peregrinar ahora los vecinos de esta pedanía, así como los de San Isidro y El Torno, que hasta entonces disfrutaban de la apertura de su sucursal uno y dos días a la semana, respectivamente.

Arcila ha llegado a pedir una cita con los responsables de zona de esa entidad de ahorro, pero parece que “no hay nada que hacer”.

El caso de Estella del Marqués es extremo, ya que desde hace varios meses ni siquiera tiene cajero automático.

El presidente de la ELA, Ricardo Sánchez, sí tuvo ocasión al menos de reunirse con los responsables de zona de la entidad, que justificaron la medida en que “no les salían las cuentas” para mantener abierto ese servicio.

Ahora, los vecinos de Estella deben desplazarse al Paseo de las Delicias o a la avenida Rey Juan Carlos I para sacar su dinero.

Sánchez confía al menos que a través de la Diputación Provincial se pueda instalar en la pedanía un cajero de marca blanca (ATM), al igual que se está haciendo ya en pequeñas poblaciones de Córdoba o Almería.

El Ayuntamiento pedáneo está dispuesto a ofrecer un local municipal para la entidad que quiera prestar este servicio.

La Barca de la Florida dispone de dos sucursales bancarias, hasta las que deben peregrinar buena parte de los vecinos de la zona rural.

Eso no quita para que el presidente de la ELA, Alejandro López, se muestre inquieto con respecto al futuro más inmediato de este servicio.

“Aquí está todo el mundo asustado. De hecho, un día cerraron una sucursal por un positivo por Covid y la gente ya creía que iban a cerrar para siempre. Este asunto hay que tomárselo muy en serio y adoptar medidas, porque quienes sufren principalmente estas carencias son las personas mayores y las poblaciones de la zona rural están muy envejecidas”, advierte.

En San Isidro del Guadalete sólo queda un cajero, ya que “aprovecharon la pandemia para cerrar la sucursal” que había venido funcionando hasta entonces.

El presidente de la ELA, Manuel Sánchez, recibe a diario las quejas de sus vecinos, principalmente mayores, que apenas pueden superar el examen diario del cajero automático.

“A ellos se les hace muy cuesta arriba todo esto. Se acercan al Ayuntamiento y a veces lo que hago es acompañarles y ayudarles a que saquen dinero”, asegura.

Si quieren ser atendidos personalmente tienen que recorrer los siete kilómetros que les separan de La Barca, pero sólo funciona un autobús cada dos horas.

Además, esta circunstancia redunda de manera negativa en el comercio de la pedanía, algo que también ocurre en el resto de estos núcleos.

“Si se tienen que desplazar hasta La Barca para sacar dinero lo normal es que aprovechen para hacer sus compras allí, con lo que nuestro comercio también lo sufre”, advierte Manuel Sánchez.

Donde hasta ahora no tienen problemas es en Nueva Jarilla, que cuenta con una sucursal propia y una buena atención al cliente, según admite su alcalde, Javier Contreras.

“Lo nuestro es un mirlo blanco, porque hay dos o tres personas trabajando, la directora es muy apañada y ofrecen un trato personalizado a los vecinos”, subraya.

Guadalcacín es el núcleo más poblado y tiene además la ventaja de confundirse prácticamente con la zona urbana de Jerez. Cuenta con una única sucursal.

A pesar de que el escenario es más favorable que en otras zonas rurales, la presidenta de la ELA, Nieves Mendoza, no oculta que por regla general el trato que dispensan las entidades bancarias a sus usuarios es francamente mejorable.

“Hay que tomar medidas porque todo el mundo no tiene posibilidad ni medios ni cualificación para manejarse con las nuevas tecnologías, y aquí está pasando como con otras cuestiones, que se ha aprovechado el Covid para recortar servicios. El trato es casi nefasto para todo el mundo, con la diferencia de que los mayores no se defienden con las herramientas digitales y eso agrava aún más las carencias”, apunta.

Mendoza considera imprescindible “retomar este asunto”, entre otras cosas porque “a los bancos se les dio mucho dinero para rescatarlos cuando no podían salir adelante y este año estamos viendo cómo han ganado muchos millones de euros”.

“El Gobierno tiene que tomar alguna medida, porque de lo contrario tendremos que volver a guardar el dinero debajo de una losa”, ironiza. 

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