Investigadores del grupo de Inmunogenética de la Universidad de Jaén (UJA) han identificado un gen que propicia una menor tasa de infección por el virus del sida en personas vacunadas en ensayos piloto contra esta enfermedad. Aunque la vacuna definitiva contra esta pandemia aún no existe, la identificación del gen servirá para conocer de antemano qué personas disponen de una barrera genética frente al VIH y quienes son más vulnerables a infectarse.
Según se ha informado desde la Fundación Descubre en un comunicado, este gen, denominado CR2, determina que las probabilidades de infección sean más bajas o más altas según la expresión que manifieste en el código genético de cada individuo. En el caso del VIH, es el cuatro gen estudiado en toda la literatura científica mundial para determinar la eficacia de futuras vacunas.
Con ello, el objetivo de los expertos es conocer qué factores influyen en la eficacia de las vacunas para realizar en el futuro un diseño más racional de las mismas. En paralelo, este conocimiento permite identificar a aquellas personas en las que la vacunación produciría una mejor protección frente a la infección.
No obstante, advierten que si la sobreexposición de una persona a contraer el virus del Sida es alta, la genética no interviene en ningún caso como defensa en caso de alta exposición al virus por vía sexual.
Para obtener estos resultados, recogidos en el artículo titulado 'Association of complement C3d receptor 2 genotypes with the acquisition of HIV infection in a trial of recombinant glycoprotein 120 vaccine' y publicado en la revista AIDS, el equipo seleccionó aleatoriamente a una población de unos 700 hombres, todos ellos participantes en un ensayo de vacuna contra el Sida en el que se reclutaron un total de 5.000 voluntarios.
El perfil de estos individuos era similar: de ascendencia europea, no infectados y con un perfil de alto riesgo para contraer la enfermedad. Además, parte de este grupo se vacunó y otro formaba parte del grupo placebo. Tras tres años de estudio y evaluación continuada, de todas ellas 273 personas habían sido infectadas frente a 402 que no lo estaban.
Una vez analizadas las muestras de sangre de estos dos grupos, observaron que dentro del grupo de personas vacunadas este gen influye en la tasa de infección después de la vacunación y se expresa siempre.
El investigador de la Universidad de Jaén y responsable de este trabajo, Antonio José Caruz, ha indicado que "el porcentaje de individuos que se puede infectar de Sida depende de su genética, de su ADN. Este gen, asociado a la función de inmunidad innata frente a virus, hongos, bacterias o parásitos, varía según el código genético de las personas".
El gen analizado forma parte del código genético de cualquier ser humano. Pero como ocurre con otros genes, su expresión puede variar. "Al igual que todos tenemos el gen que expresa el color de los ojos, hay una variante que determina la tonalidad en cada persona. Lo mismo sucede aquí: hay personas a quienes este gen actuará como una barrera frente al virus del Sida mientras que en otras no tendrá tal función", ha aclarado Caruz.
No obstante, matizan que en este caso de la enfermedad del Sida la predisposición genética no influye si la sobreexposición es alta. "Pensábamos que la protección genética se daba en algunos casos sí y en otros no, pero hemos comprobado que si la persona presenta un perfil alto para contraer el VIH, que tenga o no esa variante del gen que analizamos no afecta", ha comentado Caruz.
Con esta premisa, el equipo de la Universidad de Jaén ha analizado la interacción entre la genética y los factores de riesgo de un individuo a la hora de contraer el Sida. "La genética protege en casos de bajo nivel de exposición al virus, pero no en los casos de alto riesgo de infección por vía sexual", ha afirmado el investigador de la UJA.
Actualmente, tienen que replicar los resultados obtenidos en este trabajo en otros ensayos clínicos para validar sus conclusiones. "Debemos volver a partir de la misma premisa pero hacerlo ahora con otro grupo de población, por ejemplo, entre otros muchos factores, para asegurarnos de que llegamos al mismo punto".
Este trabajo ha contado con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, el Hospital de Jaén, el Hospital de Valme, la Universidad de Málaga, la Universidad de California y una entidad privada de San Francisco.