Ya el Imperio Romano, tras la conquista de Hispania, distinguía siete calidades de aceite de oliva. El ‘oleum ex albis ulivis’, aceite de oliva virgen extra procedente de las aceitunas sanas y verdes recolectadas a finales de septiembre y octubre a mano, era el más preciado. Tras la caída del imperio romano estos aceites tempranos se siguieron utilizando en usos medicinales; sin embargo, durante la edad media y la edad moderna los modelos de producción dejaron de lado la búsqueda de esta calidad para centrarse en el rendimiento, alto que perduró hasta finales del siglo XX. La provincia de Jaén, primera productora mundial de aceite de oliva, con el esfuerzo y no pocas críticas de unos pocos empresarios oleícolas consiguieron recuperar ese aceite ‘premium’ o temprano y abrir mercado. Para reconocer esta labor la Diputación Provincial de Jaén puso en marcha en 2003 los premios ‘Jaén Selección’ que señalan cada cosecha a los mejores aceites de oliva virgen extra jienenses.
Hoy Jaén cuenta con algunos de los mejores AOVE tempranos de ese mercado siempre incipiente e inestable y VIVA JAÉN ha querido en sus Desayunos reunir a los seleccionados de este año. Así, Francisco Vañó (Castillo de Canena Reserva Familiar Picual); Pedro Ruiz Martínez (Oro de Cánava); Juan Antonio Parrilla González (Picualia Premiun); Blas Melgarejo Cordero (Melgarejo Premiun Ecológico); Dolores Sagra (Nobleza del Sur Centenarium Premiun); José Gilabert (Puerta de las Villas); y Rosa de la Chica (Maquiz), con la ausencia por viaje de Joaquín Claramunt (Claramunt)* analizaron los principales problemas y retos del sector oleícola, sobre todo en lo referente al precio del aceite, la Política Agraria Comunitaria, la Xylella Fastidiosa y el panel de catas de los aceites de oliva vírgenes extra. Sobre el problema del precio del aceite, Juan Antonio Parrilla (Picualia) alude a que dentro de esa espiral negativa de precios, las empresas como las suyas, que representan Jaén Selección no solo están, considera, por su calidad, sino porque marcan una estrategia diferencial: “Picualia no ha modificado los precios en el lineal, ni en almazara ni en graneles. Hay gente que se deja llevar por la corriente y otros que vendemos graneles de una determinada calidad y precio”. En este sentido, Rosa de la Chica (Maquiz) añade: “Si yo no lucho por esto, por esta calidad y este precio, no tiene sentido todo lo que hacemos. Para mí es casi como un insulto que me aprieten para bajar el precio. Por su parte, Dolores Sagra (Nobleza del Sur Centenarium Premiun) asegura que es necesario preguntarse qué se está haciendo con el consumidor final. “¿No está loco de tantos cambios de precio? Yo cuando compro en una charcutería no veo esa diferencia de precios. Tenemos que involucrarnos para cambiar esta tendencia”. Blas Melgarejo (Melgarejo Premiun Ecológico) recuerda que el sistema pool pone precio a una calidad estándar muy baja y que quienes producen una calidad superior no pueden verse arrastrados por esa tendencia, si bien reconoce que les afecta. En ese sentido, Francisco Vañó (Castillo de Canena Reserva Familiar Picual) analiza el problema comparándolo con el sector vinícola en España.
“Los buenos vinos han sido la locomotora de todo su sector; fueron los que arrastraron con el resto de vinos. Aquí ha sido al contrario. Hemos tenido innovación, investigación, transferencia hacia el sector oleícola y los aceites de calidad no hemos sido las locomotoras. Estamos ante un sector anquilosado con una enorme inercia y eso hace que los cambios estructurales sean muy complicados. No olvidemos que el consumo de AOVE en España es muy bajo si lo comparamos con el conjunto de grasas vegetales”. Para Vañó el problema es que el consumidor sigue pensando que el aceite de oliva es caro. “Tu compras una botella de vino que te cuesta 10 euros y que te la bebes en una comida y lo haces encantado. Sin embargo, cuestionas el precio de un aceite que te dura un mes. Yo no he visto a nadie protestar por la subida del vino este año, y lo ha hecho mucho, porque la cosecha ha sido muy mala. Sin embargo, sube la garrafa de aceite uno o dos euros y se organiza la mundial”, lamenta. No obstante, José Gilabert (Puerta de las Villas), no ve tan problemática la caída de aceites de baja calidad. “Hay que diferenciar entre aceites premium y el resto. No debemos olvidar que nuestro aceite temprano se mantiene a los mismos precios tras siete años y ya representa un 15 por ciento de la producción.
Las bajadas nos benefician ya que más agricultores se acercan a los Premium, porque no afectan estas bajadas”. Por otro lado, Pedro Ruiz Martínez (Oro de Cánava) rompe una lanza por esos agricultores y esas familias que necesitan su cosecha para comer, a la vez que aboga porque en un futuro, toda la riqueza del sector olivarero se quede en Jaén, completando todo el proceso de producción hasta el propio envasado. Dolores Sagra cree que aún queda mucha labor didáctica y de educación por hacer y considera que el sector está demasiado preocupado por formar al consumidor adulto y se está olvidando de los jóvenes, donde el consumo de aceite de oliva es muy bajo. “No podemos seguir diciéndole a los niños que si no sacan buenas notas acabarán en el campo, ya que estamos desprestigiando nuestra riqueza”, añade. En cuanto a la calidad, Blas Melgarejo asegura que hay un mundo todavía por conocer desde el punto de vista de la agronomía, sobre todo en la ciencia que estudia la extracción del aceite de oliva, que está convencido que dará grandes pasos a través de la investigación
Xylella, PAC y panel de catas
En cuanto a tres de los problemas a los que se enfrenta el sector a corto y medio plazo los representantes de los siete AOVE tempranos que participaron en el Desayuno de VIVA JAÉN en el Parador comparten argumentos. Sobre la Xylella creen que hay mucha alarma y que se trata de una amenaza que hay que combatirla pero no desde el pánico. En este sentido Vañó recuerda que la verticilosis mata millones de árboles todos los años y no se le da tanta importancia. En cuanto a la PAC, Gilabert lamenta que siga siendo un pago a la producción, lo llamen como lo llamen y que debería caminar hacia las buenas prácticas, sin abandonar al olivar tradicional, a lo que Melgarejo añade que lo deseable sería que se premiara lo sostenible y que sirvan para dejar de recibirlas. En esa línea, Vañó cree que habría que hacer más hincapié en el concepto de bosque, porque lo entienden mejor en Europa; más de 1’1 millón de hectáreas actuando como catalizador de CO2. Por último, para todos, la supresión del actual panel de catas para determinar la calidad del AOVE es una insensatez, ya que crearía más inseguridad. “Cualquier paso atrás no se entiende. Es una indefensión hacia el consumidor”.