Adiós a la Cámara

Nunca aquello de “entre todos la mataron y ella sola se murió” podría aplicarse con tanto sino como a la Cámara de Comercio de Jaén, que ayer, tras no haberse registrado ninguna candidatura en el proceso electoral abierto por la Junta, administración tutelante, sentenció el que será el último capítulo de la entidad cameral de la capital, con más de un siglo de vida: comisión gestora y liquidación. Si decepcionantes y vergonzosos fueron los años en los que la dirección, con Luis Carlos García al frente, llegaron a acumular alrededor de seis millones de euros, también lo fueron los de su sucesor, Manuel Barrionuevo y su equipo, que a pesar de su esfuerzo, fueron incapaces de conseguir sacar del túnel a la Cámara. Y como convidados de piedra, la Junta de Andalucía, con un papel tan desapegado como irresponsable como tutelante, limitado a cumplir el expediente; el Ayuntamiento de Jaén, incapaz de empatizar y mediar en la situación, u otras instituciones, como la Confederación de Empresarios de Jaén, mirando para otro lado. Solo, y claramente insuficiente, la Diputación Provincial, con la compra del edificio de la calle Hurtado, trató de aliviar una deuda fruto del exceso y la mala gestión. Entre todos, sin duda; y solita se muere.