Aquel sueño que hace ya diecisiete años hizo realidad la que fuera edil de Cultura, Cristina Nestares, sigue vivo y presentó ayer una programación de buen nivel, que comenzará con un ‘Carmina Burana’ interpretado por la Agrupación Cantoría, la Coral Aída y el Orfeón Santo Reino, el próximo 23 de septiembre en la plaza de Santa María, ante la fachada de la Catedral, con entrada libre. El festival merece un aplauso para la concejal de  Cultura, Francisca Molina, y para todo su equipo, y como no, para los colaboradores y patrocinadores, en especial la Diputación, que aporta la mitad de un presupuesto que este año ronda los 60.000 euros. Buen teatro, ópera, danza y musicales se sucederán hasta el próximo mes de diciembre, cuando el festival baje el telón de una apuesta que debe convivir con otro tipo de iniciativas más locales, que no siempre tengan que sufragar la iniciativa privada. En cualquier caso, Jaén debe estar orgulloso de su festival y desterrar viejos tópicos sobre su elitismo, ya que aunque algunas entradas son elevadas, no lo son menos que las que se cobran en otras capitales de provincia o en Madrid y Barcelona por los mismos espectáculos, a los que muchos jienenses acuden sin rechistar, viaje incluido, y sin pensar nunca que están pagando de más.