Oro para el pueblo. Sí, eso es lo que el alcalde de la capital, José Enrique Fernández de Moya, dijo cuando la pasada semana le fue concedida por el Consejo de Administración del Real Jaén, la insignia de oro de la entidad.
“Esta insignia es para toda la ciudadanía no sólo de la capital, sino de toda la provincia”, apuntó. El reconocimiento ha sido merecido por la labor que ha realizado en los últimos años para sacar a la entidad de varios ‘match ball’ por los que ha pasado el club”. Lo dijeron los consejeros futbolísticos al dar a conocer la noticia.
La concesión de la insignia al alcalde levantó polvareda porque hubo quien entendió que “otros hicieron más méritos” que Fernández de Moya, pero al hacerla, éste, extensiva al pueblo, el ruido disminuyó.
Ahora, el alcalde jaenero, tiene por delante ‘otro marrón’ que intenta sacar adelante para la estabilidad del presente y futuro del Real Jaén, puesto que en estos instantes, no es fácil firmar el documento que consolide, de forma oficial, el acuerdo provisional, que ya existe, para ceder el usufructo del estadio de ‘La Victoria’ por 75 años a la entidad. No olvidemos que el futuro del Real Jaén, está ahí.
Dentro de unos días el Consejo Superior de Deportes comunicará al Real Jaén su estado. La situación es complicada puesto que el estadio todavía no está escriturado, después de 12 años construido, a nombre del Ayuntamiento y, por tanto, no se puede ceder una cosa que no es propiedad. El hacerlo cuesta un ‘pastón’, que según dicen, miembros de la corporación “no tenemos”.
Es por ello, que Fernández de Moya, de una manera sigilosa ha entablado conversaciones con el Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, para estudiar la viabilidad y la forma de poder conseguir que la entidad deportiva disponga, a final de temporada, un capital social de al menos 2,4 millones de euros. Con el usufructo del estadio el patrimonio del Real Jaén SAD llegaría a casi 4 millones de euros, por lo que no habría problemas; en caso contrario, si el equipo mantiene la categoría, tendría que ampliar capital o lo mandarían a Segunda B, como le ocurrió al Guadalajara.
En el Consejo de Administración del Real Jaén se está muy pendiente de lo que el CSD dictamine, mientras que en el Ayuntamiento, sabiendo lo que se avecina, buscan una gestión alternativa para salvar al club de la ‘espada de Damocles’ que tiene sobre su cabeza. Con el documento municipal del usufructo de estadio firmado, el Real Jaén gozará de buena salud, pero en caso contrario está en ‘peligro de muerte’, y sólo quedan seis meses para administrarle la medicina adecuada, que no es otra que mucha ‘pasta’.