La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha dado por finalizadas las obras de emergencia para la restauración de los cauces afectados por el vertido de aguas ácidas en la mina de La Zarza el pasado mayo. El presupuesto de la actuación, que se ha desarrollado durante tres meses, ha sido de 1,2 millones de euros.
El incidente se produjo el 18 de mayo tras la rotura brusca del cierre de una galería en una corta minera abandonada, ubicada en La Zarza, en el término municipal de Calañas. Ocho días después, el consejero del ramo, José Fiscal, firmó la Orden para la declaración de la emergencia para completar las obras iniciales de urgencia consis-tentes en el taponamiento de la galería para que cesara cuanto antes el vertido.
El director general de Planificación y Gestión del Dominio Público Hidráulico, Juan Serrato, ha visitado la zona acompañado por los delegados territoriales de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Manuel Ceada, y de Medio Ambiente y Orde-nación del Territorio, José Antonio Cortés. “Se ha realizado un trabajo exhaustivo, con las máximas garantías científicas, contando con el asesoramiento de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Huelva”, ha destacado Serrato.
En la misma línea de colaboración, el director general ha anunciado la realización de experimentos con trampas calizas como proyecto piloto a desarrollar con la Universidad cuando se produzcan otros problemas de vertidos a los cauces y haya que recuperar la calidad de los ríos. “En el caso concreto de La Zarza, conseguimos, en un primer momento que el agua llegase al Odiel en las mismas condiciones que antes, teniendo en cuenta la herencia que constituye la franja pirítica para estos cauces”, ha apuntado.
De la galería de La Zarza salieron alrededor de 292.000 metros cúbicos de aguas ácidas, según el cálculo definitivo de los técnicos. Después de la retención, a través de represas y otras intervenciones, y del sellado, las obras de emergencia sirvieron para tratar unos 60.000 metros cúbicos. Los operarios dispusieron carbonato cálcico a lo largo de unos 500 metros lineales de cauce. “Este material se voltea constantemente y cuando se agota su capacidad de neutralización de acidez, se remueve por el material de nueva aportación”, ha detallado Serrato.
Ya en julio se comenzó a desembalsar el agua retenida añadiendo hidróxido de sodio en varias proporciones dependiendo de la acidez medida en cada caso. La mezcla del agua ácida con el hidróxido de sodio se ha pasado por el filtro de carbonato cálcico antes de su incorporación definitiva al cauce natural. Las continuas mediciones de pH y turbidez con equipos portátiles de medida garantizan que el agua que finalmente llega al río Odiel no produzca impacto ambiental alguno.
La actuación también ha incluido el desmantelamiento de los diques construidos y la retirada de los precipitados metálicos producidos y la restauración completa del cauce y sus márgenes.
La Junta de Andalucía, por su parte, mantiene abierto el procedimiento sancionador en fase de instrucción para pedir responsabilidades a las empresas propietaria y con derechos mineros en esta mina, que actualmente se encuentra sin actividad.