El alcázar del castillo de Aracena, municipio enclavado en plena sierra onubense, ha logrado convertirse en su primer año de completo de apertura en todo un reclamo turístico en la comarca al ser visitado por unas 15.000 personas, según han confirmado a Efe desde el Ayuntamiento.
Se trata de uno de los vestigios más importantes de arquitectura defensiva que conformaban el sistema defensivo conocido como la 'Banda Gallega', destinado a hacer frente a las incursiones portuguesas.
El alcázar, según han recordado desde el Consistorio, abrió sus puertas al público en agosto de 2014 después de su recuperación y restauración y tras una inversión de 451.000 euros, que fueron financiados por el Grupo de Desarrollo Rural GDR de Aracena y Picos de Europa (Programa europeo Lidera) y el Ayuntamiento.
Dichos trabajos, acometidos durante los años 2012 y 2013, permitieron además sacar a la luz varios niveles pertenecientes a diferentes siglos -desde el XI al XIII- y se corroboró que Aracena tuvo un importante poblado almohade.
Concretamente, aparecieron una ciudadela, un tesorillo con dinares acuñados en la Taifa de Sevilla, bajo el reinado de Al-Mutadid, y diferentes enseres, como herramientas y utensilios diversos.
De esta forma, gracias al proyecto de intervención acometido, el visitante puede apreciar la simbiosis de las arquitecturas diferentes del recinto, la doméstica islámica y la defensiva bajomedieval.
La intervención arqueológica desarrollada en el Alcázar deparó en la exhumación de más de 4.200 artefactos fundamentales para la información de los procesos históricos que se han llevado a cabo en el lugar; de ellas, las de origen islámico han sido depositadas en las dependencias del Museo de Huelva, para el incremento del patrimonio de este período junto con los materiales de Niebla y de la Isla Saltés.