España mantiene en Afganistán un contingente de 778 militares destacados en su mayoría en la Base de Apoyo Avanzado de Herat y en el Equipo de Reconstrucción Provincial Badghis, dentro de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) para la estabilización y la reconstrucción del país.
Lo cierto es que el Ejército español está pagando muy caro -en vidas humanas- la presencia en el exterior de España, aunque nuestro país no puede eludir determinados compromisos para mantener la paz en escenarios internacionales.
No obstante, cabría pensar que la presencia española en escenarios extremadamente peligrosos debería ser replanteada.
La muerte de estos dos soldados españoles pone de relieve, una vez más, el alto concepto del honor y del patriotismo, del servicio a España que rinden los hombres y mujeres del Ejército.
