La Revuelta se queja de las molestias rocieras y el hermano mayor lo niega
“Juerga rociera” o “auténtico botellón”. De esta forma la asociación de vecinos del Casco Antiguo norte de Sevilla, ‘La Revuelta’, define lo que “viene siendo tradicional” en la Casa de la Hermandad del Rocío de La Macarena, situada en la calle Parras . Según La Revuelta, las convivencias suelen terminar trasladándose a la calle.
“Es habitual el canto, las palmas, el toque de guitarra y el cajón” hasta “bien entrada la noche”. La conocida como ‘Ley Antibotellón’ andaluza impide el consumo de cualquier tipo de bebida en calle.La hermandad lo niega. “Como mucho se termina a las siete de la tarde y si se sale a la calle es a fumar, como en cualquier centro de trabajo”, explica el hermano mayor, Antonio Neira, que asegura que las “convivencias” se realizan “como mucho una vez al mes.
Desde La Revuelta también indican que hasta hace poco era habitual que en la puerta de la casa, “alguien de la hermandad aparcase con tiempo un vehículo” para “posteriormente retirarlo, y así asegurarse el espacio”. Denuncian que ahora el Ayuntamiento ha colocado “de forma arbitraria” una señal de prohibido aparcar “sin causa alguna” que la justifique. Neira explica que fue una vecina del barrio, que visita la casa hermandad de forma habitual, y que utiliza silla de ruedas, la que solicitó la señal. “Nosotros pedimos una vez un vado, pero nunca nos lo dieron porque la carreta no tiene matrícula”, matizó Neira.