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Los indígenas obligan a Morales a suspender la carretera en la reserva natural

El presidente boliviano anuncia por sorpresa esta decisión, tras meses de protestas de los indígenas.

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Los indígenas bolivianos que marcharon durante 66 días desde la Amazonía a La Paz lograron este viernes que el presidente del país, Evo Morales, cediera finalmente y suspendiera la carretera que iba a partir en dos una reserva natural.

Tras meses de insistir en la obra y rechazar la petición indígena, el gobernante hizo el anuncio por sorpresa en el Palacio de Gobierno de La Paz cuando a sus puertas esperaban veinte dirigentes de las etnias de la Amazonía para dialogar sobre esa y otras 15 demandas.


Morales ofreció modificar una ley sobre el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure (Tipnis) para establecer que ninguna carretera atraviese esa reserva, que también declaró "intangible" para protegerla de los asentamientos de cultivadores de coca y otros colonizadores no indígenas.

El mandatario pidió al Congreso, controlado por sus partidarios, que apruebe de forma "urgente" la modificación de la ley, y agregó que "el tema Tipnis está resuelto", aunque los indígenas recordaron que tienen otras 15 demandas.

"Para nosotros, no hay nada resuelto de momento", replicó el líder del Tipnis, Fernando Vargas.

Morales criticó que los indígenas no quisieran dialogar el jueves, en medio de disputas y condicionamientos sobre dónde y cómo negociar, aunque en ese momento 20 dirigentes del Tipnis llevaban más de una hora a la puerta de la Presidencia esperando entrar.

Lo hicieron finalmente después de que Morales anunció su marcha atrás y este viernes se reunieron a puerta cerrada.

No aclaró el mandatario qué hará con el contrato de la constructora brasileña OAS, que lleva a cabo la obra desde hace meses, ni con el crédito que concedió Brasil por valor de 332 millones de dólares, el 80 % de la inversión de los 415 millones totales.

Tras meses de insistir en que la obra pasaría "sí o sí" por el Tipnis, Morales se vio obligado a dar marcha atrás ante la presión popular, como ya ha hecho en otras ocasiones, empezando por su intento de subir a finales de 2010 hasta en un 82 % del precio de los combustibles.

Los bolivianos llaman "gasolinazo" a aquella polémica decisión, que originó una cadena de disturbios y afectó gravemente el apoyo a Morales, y "reculazo" a cada retractación similar del mandatario, como la de este viernes.

La marcha de miles de indígenas puso a Morales contra la pared al ser recibida el miércoles de manera triunfal por decenas de miles de habitantes de La Paz.

Además, la tensión aumentó tras acampar centenares de nativos a las puertas del Palacio Quemado, sede de la Presidencia, y el jueves hubo conatos de disturbios en los alrededores.

La marcha fue reprimida brutalmente por la policía el pasado 25 de septiembre, en una operación condenada de forma general por entidades nacionales e internacionales y lamentada por el mismo Morales, que la tildó de "imperdonable".

El mandatario, sin embargo, no asumió responsabilidad alguna por esa represión policial, que deterioró su imagen de ecologista e indigenista, y agravó el conflicto con los nativos, que le acusan de haber ordenado la represión y de ser mentiroso.

El incidente causó la dimisión de dos ministros, un viceministro y otros altos cargos, más la suspensión del subjefe de la Policía y el alejamiento de varios diputados indígenas del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).

Los nativos del Tipnis acusan al mandatario de promover la carretera para que los cultivadores de coca de su bastión político del Chapare, vecino de la reserva, ampliaran sus cultivos de la hoja, base para producir cocaína.

El dirigente indígena Rafael Quispe, aimara como Morales pero que apoya a los amazónicos, destacó la retractación del mandatario como "buena señal", pero ratificó que quedan otras quince demandas que debe discutir con los nativos.

Las otras demandas aluden a operaciones petroleras en el sureste de Bolivia, el derecho constitucional a ser consultados por obras que les afecten y garantías para los territorios indígenas.

"Mientras no se resuelvan los 16 puntos, aquí estaremos movilizados", insistió el líder del Tipnis.

"Un proceso de cambio no es mandar apalear a los indígenas, un proceso de cambio no es pasar una carretera donde hay una gran cantidad de biodiversidad, donde hay un espacio intacto, donde la Madre Tierra se está poniendo en riesgo", dijo Vargas en entrevista con Efe.

Ese proceso, según Vargas, "sin Evo Morales puede ser tal vez mejor y se puede dar cumplimiento a la Constitución, porque lo grave es que (el mandatario) diga: 'yo hago lo que quiero y no importa si violo la ley, porque para esto están mis abogados atrás, para que me lo resuelvan".

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