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La izquierda barre al partido de Sarkozy en las elecciones regionales

La izquierda barrió ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales celebradas en Francia al partido del presidente Nicolas Sarkozy, cuyo movimiento conservador no tuvo más remedio que asumir la derrota.

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  • La primera secretaria del Partido Socialista francés, Martine Aubry, se felicita en un discurso por los resultados. -
La izquierda barrió ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales celebradas en Francia al partido del presidente Nicolas Sarkozy, cuyo movimiento conservador no tuvo más remedio que asumir la derrota.
La victoria de las listas de izquierda, según los resultados aún no definitivos, fue clara, en 21 de los 22 Consejos Regionales en juego en la metrópoli, donde únicamente Alsacia queda en manos de la gubernamental y conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP).

La izquierda, con el Partido Socialista (PS) al frente, que ya gobernaba desde 2004 en 20 de esas entidades regionales, se hace además con el poder en Córcega, mientras que la UMP compensa la pérdida de la isla mediterránea con el vuelco que protagoniza en el territorio ultramarino de la Reunión.

La participación fue ligeramente superior en esta segunda vuelta de los comicios regionales, considerados una prueba de fuego para el partido de Sarkozy, después del histórico 53,6% de abstención de la primera vuelta, disputada el pasado 14 de marzo.

En torno al 50% de los franceses acudieron a las urnas, cerca de un 4% de incremento con relación al domingo pasado, cuando se había demostrado el escaso interés de los ciudadanos por unas elecciones que llegan a dos años de las presidenciales, la verdadera prueba para el inquilino del Elíseo.

El primer ministro, François Fillon, admitió la derrota no mucho tiempo después del cierre de los colegios electorales y aseguró que la crisis económica, “que no nos ha facilitado la tarea”, es una de las causas que explican lo ocurrido.

El jefe del Gobierno, que reconoció “el éxito de las listas de la izquierda”, declaró que los resultados, aún no oficiales, que indican un retroceso de la UMP son “una decepción para la mayoría”.

“No hemos sabido convencer”, estimó Fillon quien, no obstante, defendió que “la relación de fuerzas de las regionales de 2004 permanece sin variaciones en general”, pese a lo cual insistió en la “decepción” que significa para la UMP el avance del Partido Socialista (PS).

“Asumo mi parte de responsabilidad”, agregó el primer ministro, que goza de niveles de popularidad superiores a los del propio Sarkozy.

“La crisis mundial no nos ha facilitado la tarea”, añadió el primer ministro, quien aseguró: “la brutalidad de la recesión económica ha dejado huellas, el miedo al futuro ha fragilizado nuestro pacto social, la crisis agrícola ha golpeado al mundo rural”.

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