La suicida detonó la carga de explosivos que llevaba encima junto a un grupo de fieles que participaba, en el barrio de Bob al Sham, en las celebraciones de la fiesta chií del Arbaín, que marca el fin de los 40 días de luto guardados por la muerte del imán Husein.
Estos días, miles de fieles chiíes se desplazan desde distintas provincias hasta la ciudad de Kerbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, para participar en la conmemoración del fallecimiento del imán Husein.
Al Husein era nieto del profeta Mahoma y es el tercero de los doce imanes chiíes, después de su padre Ali Ibn Abu Talib y de su hermano Al Hasan.
Al Husein murió en el año 680 en la batalla de Tuff ante los Ejércitos del califa omeya Al Yazid, a quien se negó a jurar obediencia, lo que marcó la derrota del chiísmo, que defendía el califato hereditario por la línea de Mahoma, frente al sunismo, partidario de un califa que destacara por sus dotes y no por su origen.
El domingo, tres convoyes de visitantes chiíes, que salían de distintas zonas de Bagdad para dirigirse hacia Kerbala, fueron objetivo de una cadena de ataques, que causaron heridas a diez personas, según fuentes del ministerio del Interior. Ante el comienzo de las celebraciones de la comunidad chií, en las que participan miles de visitantes, el Gobierno de Bagdad comenzó a aplicar un plan de seguridad para proteger a estos fieles de posibles ataques terroristas.