La próxima reunión de la mesa de diálogo sobre Cataluña entre el Gobierno y la Generalitat se celebrará la última semana de julio en Madrid, según han acordado este viernes en un encuentro en el Palacio de la Moncloa el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente catalán, Pere Aragonès.
Pero ninguno de ellos asistirá a esa reunión. "Los dos presidentes han hecho ya su trabajo", ha señalado la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en una rueda de prensa celebrada tras la reunión que han mantenido Sánchez y Aragonès durante una hora y cuarenta y cinco minutos.
Rodríguez ha explicado que el encuentro se ha celebrado en un ambiente positivo, de colaboración institucional entre ambos presidentes y que la fecha concreta de la reunión de la mesa de diálogo se fijará en función de las agendas de los dos gobiernos.
Sus trabajos ha dicho que han de ser representativos de una mayoría social amplia y transversal, "para lo cual sería muy deseable que formáramos parte de estos trabajos las distintas formaciones políticas que formamos parte de los dos gobiernos de coalición", ha subrayado en referencia a PSOE, Unidas Podemos, ERC y Junts.
Fuentes del Ejecutivo han explicado que ese llamamiento no es una apelación a que participen en la mesa representantes de estos partidos que no tienen cargos en los gobiernos, sino que se trata en concreto de un mensaje a los miembros de Junts que componen el Govern para que cesen en su posición de rechazo a este instrumento de diálogo.
A la espera de concretar la fecha de la reunión y la composición de las delegaciones, las fuentes citadas han avanzado que la del Gobierno central estará encabezada por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y están convencidas de que habrá acuerdos concretos.
En la reunión se ha hablado de las escuchas a dirigentes independentistas por el sistema Pegasus, aunque no ha aportado ningún detalle de esa conversación, pero no se ha tratado, según la portavoz, ni de los próximos presupuestos ni de la anunciada reforma del delito de sedición, por el que fueron condenados los líderes del procés.
Tampoco se ha abordado la situación del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, después de la posición expresada este jueves por el abogado general de la UE, Richard de la Tour, que entiende que Bélgica no puede cuestionar la competencia del Tribunal Supremo español para emitir las euroórdenes y no puede denegar la extradición por posible vulneración de derechos fundamentales sin demostrar la existencia de "deficiencias sistémicas" respecto al Estado de derecho.
Ante esa posición, Rodríguez se ha limitado a expresar el respeto del Gobierno a todas las administraciones de justicia.
En la reunión, Sánchez y Aragonés sí han debatido, entre otros asuntos, sobre la situación económica, el aumento de la inflación a consecuencia de la guerra en Ucrania, las medidas que se están poniendo en marcha para hacerle frente, el desarrollo de los fondos europeos y las infraestructuras.
Isabel Rodríguez ha reiterado en su comparecencia que es bien conocida la posición del Gobierno ante "la causa independentista" y ha recalcado que los dos ejecutivos son conscientes de sus diferencias peor también lo son de que el diálogo es la única forma de avanzar.