Eduardo Lozano, el taxista de 60 años de Barcelona que ha estado más de dos años ingresado por culpa de la covid-19, ha recibido este viernes el alta hospitalaria, según ha informado el centro sociosanitario Duran i Reynals de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde estaba hospitalizado.
Desde que el 22 de marzo de 2020 ingresó en el Hospital de Bellvitge, Lozano ha vivido ingresado durante dos años y 45 días, sobreviviendo a un virus que lo dejó tres meses en la UCI, dos de ellos en coma inducido, y posteriormente recuperándose de las secuelas, algunas de las cuales aún permanecen.
"No esperaba recuperarme", ha admitido en declaraciones a TV3 Lozano, que ha agradecido el apoyo de todos los médicos, enfermeras y fisioterapeutas y demás personal que le ayudaron en su rehabilitación.
Lozano, que cuando despertó del coma "parecía un cadáver" y no podía moverse ni hablar, ha superado un largo y duro proceso de recuperación, pero le han quedado secuelas, como la fibrosis pulmonar, que le provoca algunos ahogos; los problemas de movilidad, que le obligan a caminar con la ayuda de un andador; o las cicatrices de las heridas en las rodillas (por estar boca abajo en la UCI) o en la boca (por la cantidad de tubos que le pusieron).
"Tengo un poco de temor, porque dos años son demasiado, no sé si podré estar bien fuera, hacer bien las cosas cotidianas que hacía antes", ha señalado.
Aunque ha lamentado que no podrá volver a trabajar de taxista, ha señalado que sus planes de futuro son "disfrutar de la vida".