No hay mayor preocupación y desasosiego que no saber y conocer los motivos causantes de un problema directo que te atañe en el día a día. La ciudad convive desde hace tiempo con unos cortes de suministro eléctrico que a día de hoy, y aunque parezca sonrojante, nadie –con responsabilidad, claro está-, sabe decir cuáles son los motivos de unos apagones que se eternizan.
Ni la propia empresa Endesa ha sabido dilucidar ni averiguar, y mucho menos facilitar, las causas reales por las que la luz, la misma que no entiende de subidas sin ton ni son, por qué no mantiene el fluido en buena parte de la ciudad.
Endesa ya no solo no es capaz de mantener la luz como suministrador oficial, sino que ya ni sabe las razones del problema ni argumenta ni explica los motivos causantes de dichas molestias.
Los vecinos, esos abonados que religiosamente abonan cada recibo que puntualmente anuncia cada mes, reclaman razonamientos claros y responsabilidades de los que debieran hacer guardar y hacer cumplir con su compromiso de estar a la altura de lo que generosamente cobra.
El silencio es cuanto menos elocuente y significativo de un ente que debe ofrecer en primer lugar disculpas inmediatas y generalizadas y seguidamente solución ante unos apagones que se eternizan y que debieran encontrar su cese.