El vicepresidente de la derechista Alternativa para Alemania (AfD), Alexander Gauland, ha cuestionado al internacional y jugador del Bayern Múnich Jèrôme Boateng, por sus raíces no alemanas y pese a reconocer sus cualidades como futbolista.
"A la gente le parece un buen jugador. Pero no quisieran a un Boateng como vecino", afirma Gauland, representante del ala más ultraderechista de esta formación xenófoba, en declaraciones a la edición dominical "Frankfurter Allgemeine Zeitung".
Boateng, que nació en Berlín, de madre alemana y padre ghanés, es una pieza fundamental tanto para el Bayern Múnich como para la selección campeona del mundo de Joachim Löw y uno de los jugadores más populares del país.
Al pronunciamiento de Gauland siguieron reacciones encendidas desde el Gobierno de la canciller Angela Merkel y de la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
"Sin nivel e inaceptable", sentenció desde su cuenta en twitter el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, para añadir que con tales pronunciamientos AfD se está "desenmascarando" a sí misma.
Es "sencillamente de mal gusto" utilizar la popularidad de Boateng con fines partidistas, apuntó el presidente de la DFB, Reinhard Grindel, quien destacó que Boateng, además de un excelente jugador, está comprometido con causas sociales y es un modelo para los jóvenes.
El manager de la selección, Oliver Bierhoff, recordó que pronunciamientos por parte de la ultraderecha no son nuevos y sentenció que quienes los difunden se desacreditan a sí mismos.
Las palabras de Gauland siguen al revuelo desatado por una campaña del movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) atacando la inclusión de jugadores de origen extranjero en la promoción de una marca de chocolatinas con los rostros de los internacionales alemanes cuando eran niños.
Pegida catalogó de "chiste", desde una cuenta en Facebook, que en los envoltorios de los chocolates Kinder, en la promoción destinada a la próxima Eurocopa, apareciesen las caras de los centrocampistas Ilkay Gündogan y Boateng, de padre turco y ghanés, respectivamente,.
El comentario tuvo una gran repercusión y desató todo tipo de memes, así como pronunciamientos de condena a Pegida desde el ámbito político y futbolístico, además del fabricante de las chocolatinas, la marca italiana Ferrero.
Pegida surgió hace un año y medio, al convocar marchas semanales de signo islamófobo en Dresde (este del país), que tras adquirir dimensiones multitudinarias pasaron a una fase agónica, con picos de revitalización en medio de la llegada de refugiados a Alemania.
AfD mantiene vínculos más o menos claros con ese movimiento, pese a que desde la cúpula se ha tratado de guardar las distancias, cuestión que sus líderes más radicales ignoran, como recordaba en su último ejemplar el semanario "Der Spiegel".