Ivan Rakitic guió con maestría al Barcelona, que encarriló la eliminatoria de dieciseisavos de final con una victoria contundente (0-4) en el estadio del Huesca, donde Andrés Iniesta reapareció después de 40 días lesionado para dejar su huella con un golazo marca de la casa.
Esa fue la mejor noticia para el conjunto de Luis Enrique Martínez. Iniesta, necesitado de minutos, de confianza y de buenas actuaciones para encontrar su mejor versión, ha vuelto. Todavía falta tiempo para verle en plena forma, aquella que hace tiempo que no aparece, pero que hoy asomó en un estadio ansioso por ver por primera vez en su historia al Barcelona.
Los aficionados de la escuadra de Luis García Tevenet nunca, ni en un amistoso, recibieron en su ciudad al club azulgrana. Las gradas supletorias aumentaron la capacidad del estadio de El Alcoraz, un campo en el que Iniesta regresó a lo grande.
Lo hizo con la colaboración del croata Ivan Rakitic, culpable del buen juego del Barcelona con una actuación soberbia, sobre todo en la primera parte, en la que dio un recital de juego, pases y puntería. Él se encargó de aliviar cualquier tipo de presión con un golazo de falta en el minuto 12. Mandó la pelota a la escuadra de Dani Jiménez, que no pudo hacer nada más que admirar el tanto del balcánico.
Fue el preludio del otro golazo de la noche, obra del otro protagonista del encuentro: Iniesta. Unos minutos después, inició un contragolpe con un pase genial a Pedro Rodríguez. El canario taconeo a Rakitic, que se la cedió al manchego, que, desde fuera del área, con el exterior del pie, mandó la pelota a la red de la portería del Huesca.
Salvando las distancias y el escenario, fue un gol parecido al que marcó en aquellas semifinales de la Liga de Campeones en Stamford Bridge ante el Chelsea. No dio el pase a una final europea como aquella que ganó en 2009, pero encarriló la eliminatoria para el Barcelona y, sobre todo, para dejar un gran sabor de boca en los aficionados azulgrana.
El Huesca, mientras, no perdió la cara al choque. Por la banda izquierda, Josan volvió loco al brasileño Douglas, desbordado casi en cada intentona del jugador alicantino. Tal vez Luis Enrique tomó nota. Pero no solo del lateral sudamericano, también de los menos habituales que disputaron el choque.
Unos pasaron la prueba mejor que otros. Rafinha, el alemán Marc-André ter Stegen, Sergi Samper, Munir El Haddadi e incluso Pedro, que no es titular indiscutible, estaban bajo la mirada atenta de su técnico.
Precisamente fue Pedro, autor del tercero con un derechazo desde fuera del área, y ter Stegeen, quien evitó el primero del Huesca tras salvar un mano a mano ante Guillem Martí, los más destacados entre los menos habituales.
Pero brillaron más otros. Antes del descanso, Rakitic se encargó de dejar otro destello. El croata lanzó otra falta de forma magistral que, en esta ocasión, se encontró con el poste de Jiménez. Como Iniesta, fue el mejor y en los primeros minutos de la reanudación se marchó con cara de satisfacción.
Con el 0-3, el trabajo ya estaba hecho para el Barcelona. Los hombres de Luis Enrique despegaron el pie del acelerador, aguantaron las acometidas del Huesca e incluso tuvieron tiempo para marcar el cuarto por medio de Rafinha. El joven centrocampista azulgrana se unió a la fiesta de Iniesta, que dejó su huella en Huesca para encarrilar el pase de su equipo a los octavos de final de la Copa del Rey.
-- Ficha técnica:
0.- Huesca: Jiménez; Álvarez, Moreno, Álex García, Morillas; Josan (Esnaider, min. 72), Iñigo Ros, Camacho, Gassama (Sosa, min. 57); Tyronne (Cabezas, min. 62) y Guillem.
4.- Barcelona: Ter Stegen; Douglas, Bartra, Mathieu (Edgar Ie, min. 64), Adriano; Samper, Rakitic (Roberto, min. 64), Iniesta; Rafinha, Munir (Sandro, min. 74) y Pedro.
Goles: 0-1, min. 12: Rakitic; 0-2, min. 16: Iniesta; 0-3, min. 39: Pedro; 0-4, min.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Mostró cartulina amarilla a Mathieu (min. 17) por parte del Barcelona y a Josan (min. 18) por parte del Huesca.
Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de El Alcoraz de Huesca ante cerca de 10.000 espectadores.