En la previa del partido, los dos entrenadores, Cosmin Contra y Albert 'Chapi' Ferrer, aseguraron que el choque, pese a ser de la séptima jornada, era una final anticipada. Quizá ese sentimiento fue el provocó que ambos equipos saltaran al césped con mucho respeto y sin enseñar apenas sus cartas en los primeros compases, lo que dotó al partido de un ritmo anodino y monótono al inicio.
Al que se le vio con algo más de iniciativa fue al conjunto local, que hoy reordenó su defensa con la entrada del brasileño Naldo en el eje de la zaga y de Sergio Escudero en el lateral izquierdo.
El Córdoba, a la expectativa de lo que pudiera hacer su rival, se mostró muy firme en su planteamiento táctico hasta que se despojó de sus miedos y destapó alguna de sus carencias, sobre todo a nivel circulatorio en la medular con Patrick Ekeng y Luso, que no supieron manejar los tiempos para tener el esférico controlado.
Mediada la primera mitad, el Getafe dio un paso al frente y con un par de acciones por el costado izquierdo, una de Escudero y otra de Lafita, levantó a la afición de sus asientos, aunque ambas jugadas quedaron en nada porque el conjunto madrileño, tal y como viene demostrando en este inicio liguero, tiene una carencia importante en la pegada y le cuesta horrores poner a prueba a los porteros rivales.
Cuando mejor estaba el equipo local, que tenía metido a su rival dentro de su área, el Córdoba recuperó un balón perdido por el Getafe y el argelino Nabil Ghilas, con un disparo cruzado que se marchó fuera, pudo adelantar a su equipo.
El Getafe buscó la réplica y un minuto después, en el 39, Yoda recibió un pase al hueco derecho y se quedó solo delante de Juan Carlos pero su disparo con la zurda, flojo y al centro, no supuso problemas para Juan Carlos.
Tras el descanso, el conjunto madrileño salió más entonado que su rival pero una vez más volvió a adolecer de pegada para marcar en un par de acciones muy claras de Valera, que no llegó a rematar por poco a bocajarro un balón en el segundo palo, y del brasileño Naldo, que cabeceó fuera un córner sin oposición.
Ante el dominio notorio que estaba teniendo el Getafe sobre el juego, Ferrer optó por dar entrada a Federico Vico, que nada más salir mostró su atrevimiento con dos disparos lejanos, uno de ellos bien atrapado por Vicente Guaita.
Esas acciones ofensivas del Córdoba serían un espejismo de lo que vendría en sucesivos minutos, puesto que el Getafe, ante el aturdimiento de su rival, jugó a placer y marcó a los 62 minutos por medio de Lafita, aunque su gol fue anulado por el árbitro Martínez Munuera, que se equivocó, ya que el jugador aragonés se encontraba en posición correcta de remate.
A los 77 minutos, el Getafe volvió a cometer una imprudencia en defensa al perder Lacen un balón ante el camerunés Ekeng, que, en la frontal del área, se marchó a la carrera del uruguayo Emiliano Velázquez y lanzó un disparo cruzado que Guaita no pudo atajar.
El gol llevó el delirio al fondo en el que estaban los aficionados del Córdoba, a los que se les escuchaba más que a los del Getafe, que comenzaron a silbar a su equipo.
El conjunto local no se arrugó ante el mazazo sufrido por ese gol encajado y a los 87 minutos, volcado sobre el área visitante, logró la igualada con un tanto de Babá de puntera tras un centro medido desde la izquierda de Escudero, que aún dispuso de un último disparo, que incluso dio en el palo, para dar el triunfo a su equipo.