El viento en el Betis parece haber cambiado de forma favorable, al menos, temporalmente, después de la victoria del pasado domingo tras cuatro meses y catorce jornadas en Liga sin conocer el sabor del triunfo.
La catastrófica temporada que el conjunto verdiblanco está perpetrando parece que se toma una tregua y entre tanta desilusión y ruina deportiva, el oscuro panorama con tres puntos más en el zurrón clarea levemente.
Y un nombre como protagonista: Rubén Castro. Pues el delantero canario, ha recuperado su mejor versión con cuatro goles en dos partidos. Una auténtica mina de continuar manteniendo dicho nivel hasta el término de la actual campaña.
Con el arrepentimiento por bandera, el ariete bético protagonizó este martes un almuerzo de confraternización en la que aunó a cuerpo técnico y plantilla por aquella espantada que propiciara al ser sustituido en el choque frente al Madrid en el Villamarín.
Atrás quedan de momento aquellos desmanes del canario en los que puso en entredicho su credibilidad y compromiso con la elástica heliopolitana debido al ínfimo rendimiento que ofreció desde verano merced en suma, a la lesión que tanto tiempo le tuvo apartado y de la que tan dudosa recuperación receló la afición verdiblanca.
Al margen de lo que ha rodeado a Rubén Castro en sus diversos dimes y diretes, incluso una controvertida decisión como la que se ha vuelto a tomar; esta vez por parte del nuevo entrenador, Gaby Calderón, se ha gestionado de mejor forma. Así, ni Chica ni Matilla volverán a estar en la lista para disputar la Europa League, algo que sí podrán disfrutar los nuevos fichajes del Betis este mes de enero.
Y entre tanto, a vueltas con el sistema para Mestalla, la convicción sigue pasando por un cambio de táctica.