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Atasco en Heliópolis (0-0)

Ni el juego ni el campo se aliaron con el cuadro bético cuya maldición en el Villamarín ante el Granada desde el ascenso se mantiene

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La nada se manifestó en el 0-0 que Betis y Granada firmaron en el Villamarín. Como ocurriera ante el Lyon, las lamentables condiciones del césped que no favorecieron un juego fluido. Cedrick erró un gol cantado en la recta final del partido que bien pudo haber significado la victoria en el primer derbi andaluz de la temporada para el conjunto verdiblanco en Liga.

Misma alineación de salida que la que una semana antes ponia Pepe Mel en liza frente al Valencia con Vadillo y sin Rubén Castro en el campo. El bloque de Lucas Alcaraz presentó a su vez un once de garantías para poder restar la ofensiva del cuadro bético.

Calor punzante y un terreno de juego en deplorable naturaleza, fueron los principales protagonistas de una primera mitad en la que primó la sensación de apatía y falta de claridad de ideas en ataque del Betis contra un Granada plantado en el campo con el concepto de aprovechar rápidas salidas y la intención de ceder los menos espacios posibles a su adversario.

Las llegadas se producían a cuentagotas. Pero si uno de los dos mostraba capacidad y algo más de ímpetu para elaborar oportunidades de cara a la meta rival, ese era el equipo de las trece barras.

A la primera tentativa de Salva Sevilla en el cuarto de hora inicial del encuentro, le sucedió la única ocasión visitante en los 45 minutos desde el arranque del choque tras un fallo de Amaya que El-Arabi no acertó a rematar con la fuerza suficiente.

Seguidamente, Jorge Molina con un disparo desviado y Paulao más tarde con un chut en área pequeña; eso sí, sin demasiad convicción, contestaron al acercamiento previo del conjunto granadino.

Poco después en el minuto 37, Amaya estuvo a punto de enmendar el desacierto anterior en defensa pero su remate con la coronilla a saque de falta se perdió cerca del poste.

Sin goles que reflejar en el luminoso de Heliópolis sumado a una alarmante falta de juego, la primera parte tocaba a su término.

Tras abandonar los vestuarios, la segunda parte de Betis y Granada parecía cambiar ligeramente con respecto a lo visto en la anterior mitad; si bien, al menos Vadillo, no pudo disfrutarla ni cinco minutos pues su lugar en el campo sería ocupado por Brian Rodríguez con el pertinente enfado del canterano que sigue sin dar una a derechas para lo que se espera de él.

Ante tanta mediocridad, sólo Salva y Buonanotte aportaban nociones de calidad (siempre que podían) sobre la inestable pradera bética.No obstante, fur Roberto, el guardameta del Granada, quien tuvo una mayor incidencia en el envite; pues sus intervenciones y la seguridad que demostró bajo los palos serviría posteriormente para cosechar el punto definitivo.

Molina, el más incisivo en el envite en cuanto a ocasiones, no tuvo la suerte de cara a la portería contraria de otros partidos lo que le costó la sustitución en el campo a veinte del final del duelo.

Entre tanto, El-Arabi dispuso de una clarísima oportunidad a raíz de una deficiente fuga de Sara al buscar la pelota en el aire. La fortuna se alió con el Betis, pues el tiro del marroquí no precisó de la dirección adecuada.

Y fue Cedrick, en la última de todas, quien en el minuto 87, picó la pelota de cabeza haciendo que el balón se pasease por la línea de gol entre la desesperación de la grada.

Un punto para cada uno.

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