El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, tras recordar el "genocidio armenio" del pasado siglo o la "persecución" y "martirio" que sufrieron los católicos en la España de "los años 30", se ha referido a la existencia de "otro tipo de persecución, más disimulada", que es "la de amordazar a los cristianos en los países de Occidente, los países más desarrollados, relegando la presencia de Dios a lo más íntimo de la conciencia y estableciendo una 'neutralidad' laica en la sociedad civil".
Dicha persecución que estarían sufriendo los cristianos, "solo por ser cristianos", tiene como fin, según afirma el obispo en su carta semanal recogida por Europa Press, el "plantear la vida y la sociedad como si Dios no existiera o haciendo abstracción de Dios. La confesión pública de la fe se permite, pero no el influjo de la fe en la esfera de lo público, ni siquiera cuando los cristianos son la inmensa mayoría. No estoy hablando de confesionalidad, sino de presencia de lo cristiano en la esfera pública, dentro de una sana laicidad positiva".
En este contexto, según ha señalado Demetrio Fernández, "la fuerza del Evangelio se amortigua con el consumismo, la búsqueda del placer y la comodidad, el afán de tener más", es decir, "la corrupción en todas sus formas", hasta el punto de que "corre más peligro la fe en estos ambientes relajados que en aquellos en los que se persigue cruentamente a los cristianos".
"En nuestros días --prosigue en su carta el obispo-- esa persecución sangrienta continúa en lugares muy distintos: Tierra Santa, Irak, Siria, Libia, Nigeria o Kenia, produciendo listas innumerables de mártires, solo por ser cristianos. No pasa una semana sin que tengamos nuevas noticias en este sentido".
Ante ello, Demetrio Fernández recomienda, "en primer lugar, rezar por todos los perseguidos a causa de su fe, para que el Señor los sostenga, los consuele y los asista", pero también entiende que hay que "ser sensibles y estar atentos, para mostrar nuestra solidaridad con los hermanos cristianos que sufren por causa de su fe".
En este sentido, el obispo opina que es "especialmente llamativo el silencio de los países occidentales ante todas estas torturas, y peor todavía la indiferencia globalizada, como si con nosotros no fuera este asunto. Somos más sensibles ante los que mueren de hambre que ante los que mueren por su fe, y no debiera darse ni lo uno ni lo otro. Hay cauces para hacer llegar nuestra ayuda material a esos campos de refugiados, donde carecen de todo, solamente por ser cristianos".
Por último, Demetrio Fernández ha subrayado que no puede olvidarse "nunca que el perdón es una característica cristiana. Lo que saldría espontáneamente de un corazón herido, sería la venganza, el odio y la revancha, antes o después. Sin embargo, nuestros hermanos cristianos que mueren por ser cristianos nos dan un precioso testimonio de amor, de amor supremo, perdonando incluso a quienes los torturan".