Se espera que el año
2022 traiga cual niño pan bajo el brazo, la
recuperación económica que algunos sectores ya esperaban para los últimos meses del 2021 y que finalmente se ha visto truncada por el fuerte impacto de la sexta ola de la pandemia.
El
tejido productivo cordobés desea que estos próximos doce meses sean los de la
mejora de la actividad en el caso de la hostelería, el
comercio y el
ámbito inmobiliario, y que para otros como el de la
construcción o el
transporte sea un
2022 de línea continuista con respecto al año pasado.
Sin embargo, hay que estar alerta. El
impacto negativo de la subida del IPC afecta de lleno al bolsillo de las familias. Y está por ver cómo afectará al mundo laboral la reforma de ley acordad recientemente por el Gobierno, patronal y sindicatos.
Cabe recordar que según el directorio central de empresas,
Córdoba comenzó 2021 con más de 55.000 locales empresariales activos; de los cuales casi 4.000 ofrecen servicios de comida y bebida.
Por su parte, el
comercio de cercanía espera que se solucione el problema en la cadena de suministro, baje el
precio de la energía y
se controle definitivamente la pandemia, lo cual impulsaría la actividad y generaría la confianza necesaria para que los consumidores utilicen los ahorros acumulados en esta crisis.
Los
agentes inmobiliarios esperan
más alquiler e inversión, mientras que en el ámbito de la vivienda desean que la nueva ley tenga un impacto positivo.
Expectativas que comparten la
construcción y el
transporte. La
llegada de fondos europeos del programa Next Generation ha de ser diferencial para que la actividad mejore en torno al ladrillo; deseos que también existen para el transporte.
A todo ello hay que sumar las
previsiones optimistas sobre el
crecimiento del empleo en la provincia de Córdoba gracias a los avances en positivo de la pandemia.