El director Daniel Monzón ('La caja Kovak', 'Celda 211' o 'El niño') vuelve a la gran pantalla junto con el actor Luis Tosar, este viernes 31 de agosto, con el estreno de la película 'Yucatán', una comedia "clásica" que, rodada en un crucero, habla de como la codicia "puede convertir a las personas en ratas miserables".
"La comedia se tiene que plantear desde la libertad. Tu objetivo no es herir a nadie, tu objetivo es hacer que disfrute la gente", ha expresado Monzón en una entrevista concedida a Europa Press tras explicar que después de 'Celda 211' y 'El niño', dos películas de intensidad grande", el cuerpo le pedía "hacer reír" y "no quedarse estancado".
La relata así la historia de Lucas (Tosar) y Clayderman (Rodrigo de la Serna) que viven estafando a los turistas de cruceros internacionales para quedarse con su dinero. Después de muchas años trabajando juntos acaban separándose debido a la rivalidad por el amor de Verónica (Stephanie Cayo). Así, pasando los días en un navío por el atlántico, competirán por robar el motín de uno de los pasajeros (Joan Pera).
En este sentido, el director ha matizado que "aunque se trata de una comedia" no es una historia "vacía". "Se basa en los personajes y lo importante es las relaciones entre ellos. El tono es de humor, pero hay también hay posibilidad de drama", ha explicado.
Preguntado por los límites del humor, Monzón ha señalado que con las redes sociales, cuando una persona se siente ofendida, se genera un movimiento global contra ella, algo que "le preocupa".
"Antes a lo mejor una persona decía que algo no le hacía gracia y ahí se quedaba. Pero ahora lo escribe en redes sociales y se crea una corriente y parece un gran escándalo. Son unos tiempos un poco preocupantes, yo en absoluto pienso que haya que ofender, pero si me preocupa el hecho de que se pueda llegar a situaciones muy exageradas de censura violenta", ha expresado.
Para él, a la hora de plantear una comedia no "se debe autocensurar" puesto que, en su opinión, en el terreno del humor, incurrir en algo delictivo "es muy complicado". "Una de las grandes cosas que tiene la comedia es que tú puedes hablar de la podredumbre moral desde una visión cómica y hacer que tu propia turbiedad se reconozca en la pantalla a través de la risa", ha dicho.
Una idea que ha compartido su compañero Luis Tosar quien ha defendido que en la ficción el humor "nunca llega con ataduras". Así, ha expresado que "se confunde la ficción con el mundo de las redes sociales".
"Es lógico que la gente también tenga sus dudas de si se está haciendo humor o se está ofendiendo, y hay muchas bromas que no se han entendido, pero también es inherente al chiste no explicar que estas haciendo un chiste. Yo creo que en este sentido cuando la gente va a ver una películas sabe que va a ver una pelicular. Que te guste más o menos es lícito, pero no hay intención de ofender", ha expresado.
Tosar, que también ha expresado su alegría por volver a trabajar con Monzón y ha señalado que empieza a ser "habitual" que trabajen juntos", ha definido 'Yucatán' como una película "transgénero" que toca muchos palos no solo desde el formato (musical, comedia, melodrama), si no también desde el contenido y que "está muy bien armada".
Asimismo, ha indicado que la película reflexiona sobre "el dinero" y sobre "el mundo actual". "La humanidad inventó en algún momento algo que era muy fácilmente acumulable e intercambiable, y la codicia nos lleva a ese lugar, y eso produce desgracias. El dinero es una buena forma de organizarse y sirve para que nos podamos entender, pero cuando hay mucha acumulación en seguida empieza a sacar lo peor de la condición humana", ha reflexionado.
UN RODAJE CON MOTINES
Según ha relatado el director, el rodaje tuvo una duración de "casi cuatro semanas" en un crucero por el atlántico pasando por lugares como Yucatán, Brasil, Tenerife o Casa Blanca y compartieron el navío con cerca de 3.00 turistas brasileños "que querían disfrutar", algo que lo convirtió en un "rodaje muy peculiar".
El primer día de rodaje nos fuimos a la piscina, que estaba llena de música y bares, a rodar, y al poco hubo un motón. Los turistas empezaron a gritar y a intentar echarnos, y entonces apareció un hombre muy grande que quería tirarnos las cámaras por la borda. Conseguimos moderarlo, pero aprendimos la lección", ha relatado entre risas.
En este contexto, Cayo ha matizado que el "motín" se produjo en "su primera escena en el mundo cinematográfico" y que "no pudieron hacer nada puesto que en el barco no había una comisaría de policía". ""Compartir rodaje con turistas fue un acierto, porque le ha dado mucha verdad al relato", ha opinado por su parte de la Serna.