San Roque ha celebrado hoy, lunes, los cuarenta años de las movilizaciones ciudadanas que, el 4 de diciembre de 1977, impulsaron la consecución de la autonomía andaluza. Ha sido un momento no sólo de recuerdo, sino también de reivindicación de una Andalucía que se sitúe en el mismo plano que el resto de los territorios que componen el Estado español. Este acto institucional se aprobó en el Pleno Ordinario del pasado jueves.
El acto fue presidido por el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y participaron miembros de la Corporación actual y de anteriores, como el primer alcalde de la etapa democrática, Eduardo López Gil, entre otros asistentes. Se celebró en la Plaza Manuel García Caparrós, situada a poca distancia del Ayuntamiento, y cuyo nombre recuerda al joven malagueño que fue asesinado ese 4 de diciembre en una manifestación autonomista.
El acto consistió en una ofrenda floral en la placa que da nombre a la plaza a cargo de la Corporación Municipal, la lectura de un manifiesto, y una intervención del cronista oficial de San Roque, Antonio Pérez Girón, titulada “Vigencia del 4 de diciembre”. La organización correspondió a la Delegación Municipal de Cultura, que coordina la teniente de alcalde Dolores Marchena.
Ruiz Boix señaló que “los andaluces compartimos este histórico momento con el que se recuerda la gran movilización que se vivió en nuestra tierra en el año 77. Dicen los conocedores de esa etapa, cuando yo sólo tenía tres años, que participaron más de dos millones de andaluces. Un millón y medio en nuestra tierra, y más de medio millón en Cataluña, donde está la novena provincia de Andalucía”.
“Fue -prosiguió- una lucha para conseguir la autonomía plena, que no es una independencia, sino la autonomía en derechos, en libertades y en igualdad de consideración con otras comunidades. El Ayuntamiento el pasado jueves aprobó una moción para reivindicar esta movilización ciudadana de hace cuarenta años, y se nos instaba a hacer algún acto de recuerdo de ese día”.
“Hemos elegido este lugar -explicó el primer edil-, que hace tres años dimos el nombre de la víctima de un asesinato que ocurrió en la movilización de Málaga, justo cuando el presidente de la Diputación de entonces, procedente del franquismo, se negaba a que se enarbolara la bandera andaluza en el balcón de la Diputación de Málaga. Un sindicalista joven, de CCOO, fue asesinado allí, aunque el expediente sigue aún abierto”.
A continuación, el regidor sanroqueño cedió la palabra a Eduardo López Gil para iniciar la lectura del manifiesto que se aprobó en el último pleno, que también leyeron otros ciudadanos presentes.
En el texto se recuerdan las movilizaciones ciudadanas de hace cuarenta años como el momento en el que “el pueblo andaluz se pronunció con toda nitidez” para reclamar su autonomía, y se pone de manifiesto que este logro representó “un punto de inflexión determinante en nuestra vida constitucional”, que dio como fruto el modelo autonómico propio de la España de las últimas décadas.
En cuanto al manifiesto de Pérez Girón, que leyó el propio cronista oficial, se señalaba que la aspiración al autogobierno de los andaluces de España era más que eso: era una aspiración a un cambio social. Además, sirvió para quebrar “el propósito de un modelo basado en la desigualdad, en la discriminación. Un punto de inflexión que contribuyó a formar la idea de la España plural hoy existente. Andalucía -continúa el manifiesto- se ganó a pulso el derecho incuestionable del autogobierno”, y se señala que “fue el pueblo andaluz y sus dirigentes quienes lograron situar a Andalucía en el mismo lugar que nacionalidades denominadas históricas”.
“Sin embargo -dice el texto-, ese despertar del pueblo andaluz se fue esfumando en buena medida. Muchos vieron la consecución de la autonomía como el final del camino, y no como el arma para el progreso de una tierra”. Se ha avanzado mucho en estos años, añade, pero siguen los estereotipos del andaluz supuestamente gracioso, y son muchos los dirigentes políticos que “se refieren a esta tierra antigua con desdén, con desconocimiento y muchas veces con una falta absoluta de respeto”.
Se refirió a continuación algunos hitos históricos de la identidad andaluza, como el pasado andalusí, el intento de lograr la independencia en 1641, la Junta Suprema de Andújar de 1835, o la Constitución de Antequera, que organizaba a Andalucía como una democracia republicana representativa. Sin olvidarse del proyecto de autonomía que se frustró con el levantamiento militar de 1936”.
El manifiesto finaliza así: “No se trataba, ni se trata ahora, de ser una comunidad más, ni más que las demás, sino como la que más”.