Una terna de caballos y rejoneadores abrió el abono de la plaza de Las Palomas en una tarde de agradable temperatura y con un público predispuesto a divertirse. Lo cierto es que se impusieron a un encierro de Ruiz Albarrán soso, parado, que miraron en demasía las tablas, sin transmisión, aunque nobles.
Andy Cartagena, Diego Ventura y Leonardo Hernández brillaron a un gran nivel. Lo dieron todo, llegando a los tendidos y entusiasmando en muchos momentos.
Diego Ventura, que cortó tres orejas, dos de ellas en el primero, estuvo espectacular, arriesgando mucho, templando y emocionando con sus caballos estrella: Nazarí, Ritz y Remate. Con éste último remató una actuación completa, matando sin puntilla y adornándose en el último, colocando el sombrero en la testud del toro.
Cartagena, que lo acompañó en la salida por la Puerta de la Feria, protagonizó en su segundo, con Mediterráneo, Cupido y Pinta, un tercio de banderillas de las cortas genial, jugándosela en terrenos comprometidos. Mató sin puntilla. En el primero, su labor fue silenciada y en el segundo cortó las dos orejas.
Leonardo Hernández, que este San Isidro salió dos veces por la puerta grande, no lo pudo hacer en Las Palomas porque toda una labor excepcional en el último, no la remató con el segundo rejón, recibiendo ovación tras un aviso. En el primero cortó una oreja. Fue también un triunfador, con actuaciones ejemplares, pleno de rejoneo puro, llevando los pitones al estribo con dos caballos magníficos, Despacio y Amatista. Ejecutó las corvetas o elevadas, que tanto entusiasmo provocan.