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Cuando el objetivo es que no vuelvan a la calle tras el confinamiento

El Ayuntamiento trabaja con las personas sin hogar de Elcano de Cádiz con un doble objetivo: protegerles contra el Covid-19 e intentar que no vuelvan a la calle

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  • Un voluntario durante el turno de comidas en Elcano.
  • Realizan cursos para obtener los certificados de manipulador de alimentos
  • Se les ayuda en la realización de currículum y en la búsqueda de vivienda

Cuando el Gobierno Central, en su lucha contra la pandemia de coronavirus, decretaba el Estado de Alarma y puso en marcha el confinamiento de los ciudadanos, limitando su movilidad, los ayuntamientos, a través de varias de sus áreas de gestión, especialmente desde Asuntos Sociales, se pusieron a trabajar para dar una solución a las personas sin hogar. Personas que a las que aplicar el lema de ‘Quédate en casa’ no tenía ningún sentido. En Cádiz, el Consistorio optó, entre otras actuaciones, por habilitar el Centro Náutico Elcano que cuenta desde el inicio del confinamiento con más de 100 plazas para acoger a este colectivo. Para ello, alcanzó un acuerdo con las Fuerzas Armadas que le permitió poner a pleno rendimiento las instalaciones, las cuales constan de un albergue, que ya estaba en funcionamiento, un restaurante y un edificio contiguo. Estos dos nuevos espacios se equiparon con 70 camas, por lo que el centro pasó a disponer de 105 plazas.

El objetivo, que tras el confinamiento, mientras la mayoría de los vecinos y vecinos comiencen a salir a la calle, ellos puedan quedarse en casa, en sus casas, para no tener que volver a la calle.

Pero de esta situación derivada de la pandemia, de esta crisis sanitaria y socioeconómica, el Ayuntamiento también quiso aprovechar la oportunidad que le brindaba el poder reunir bajo un mismo techo a las personas sin hogar. Porque eran conscientes de que, una vez concluya el Estado de Alarma, todos ellos volverían a la calle, a una ‘normalidad’ dramática en mucho de los casos. Así, además de ofrecer refugio, cama, comida y ducha, los técnicos municipales y de Protección Civil, junto a los numerosos voluntarios que se ofrecieron desde un principio a echar una mano, también se están dedicando a ayudarles a buscar, o retomar, un camino hacia un futuro mejor. Talleres, cursos, formación y mucha psicología, forman parte del día a día en las instalaciones de Elcano. El objetivo, que tras el confinamiento, mientras la mayoría de los vecinos y vecinos comiencen a salir a la calle, ellos puedan quedarse en casa, en sus casas, para no tener que volver a la calle.

Ninguna de las personas sin hogar confinadas en Elcano  se ha contagiado  por coronavirus.


Y aunque aún es pronto para realizar un balance, las sensaciones son positivas. Tanto desde el propio equipo de Gobierno, como en boca de los voluntarios, la valoración de lo que se está construyendo es positiva... muy positiva.

Por ejemplo, el centro, que llegó a acoger a más de 90 personas, actualmente se atiende a  45, principalmente “por salidas voluntarias, la mayoría de ellas a viviendas con familiares, a otros recursos municipales, a otras ciudades, a viviendas temporales y en los mejores casos a viviendas alquiladas para larga temporada, en algunos casos”.

Por lo tanto,  “el primer y principal objetivo se ha cumplido, que era la protección de la salud de este colectivo”. Cuando se han realizado test rápidos, el resultado ha sido que ningún usuario, ni personal, ha dado positivo por coronavirus. Asimismo “se les da una atención integral digna y además, se está aprovechando esta situación para la intervención social activa como actividades para mejorar sus relaciones sociales o para orientar la búsqueda de empleo”.

Un objetivo que nos confirman los voluntarios que están colaborando con Protección Civil y con los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Es el caso, por ejemplo, de Elena Gómez Jiménez, trabajadora social de la Armada del Ministerio de Defensa.

Sin hogar Elcano.

“Vi la oferta de Protección Civil buscando voluntariado ciudadano y me apunté ya que tenía el tiempo, las ganas y la motivación”, señala Elena que participa en “un voluntariado más técnico que no profesional”.

Su función “en Elcano es apoyar en lo que podemos a los profesionales que allí desarrollan la labor”, sobre todo “participamos en el horario de la comida y la cena que es donde ellos más saturados se encontraban y donde más tiempo se destina”.

Antes y después de la comida y la cena, “sí que ayudamos  en lo que cada perfil de voluntario puede a los técnicos”, como en la realización de currículum, formación, cursos, prevención de riesgos laborales,  ayuda al empleo... “acompañando así a los programas individuales que han elaborado los profesionales”.

“Apoyamos en el tema de la búsqueda de vivienda porque algunos usuarios tienen las capacidades económicas y potencialidades individuales para el acceso a una vivienda, pero les falta el apoyo y la iniciativa... es darle el empujón necesario y que se sienta acompañada en el proceso de la búsqueda y en los trámites para darse de alta luz agua”, indica Elena que insiste en que “la vivienda se está priorizando para cuando acabe el confinamiento... ahora es buen momento para ayudarles. En Elcano han iniciado una rutina, mantienen unos horarios y unas pautas de convivencia. Ahora tienen una cama, una hora para el desayuno, la comida, la cena, horarios para ver la televisión, con lo que queremos aprovechar estas circunstancias para vincularles a una nueva vida…”.

También hablamos con Magdalena Torres, profesora de Matemáticas en el IES Cornelio Balbo y con una amplia trayectoria de voluntariado social a sus espaldas. “Colaboro con la Fundación Atenea y llevo años colaborando con Iguales en Acción” y “ahora en esta situación, cuando fue posible la formación y tenían los Epis, me puse en contacto con Protección Civil para colaborar y ayudar”.

Sobre en qué consiste su labor, Torres relata que “básicamente estamos para el servicio de ayudas a comida… porque los trabajadores no tenían tiempo para otra cosa… y había muchas otras cuestiones que se quedaban paralizadas. Allí se sirven desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. Entonces, nuestra labor primordial es el servicio de comidas”.

“Yo estoy siempre de mañana y tenemos turno de cuatro horas. En mi caso de once de la mañana a tres de la tarde. El servicio de comida es de una a dos y media, por lo que antes del mismo da tiempo a hacer un poquito más. Personalmente me he centrado primero en echar un rato con los usuarios, conocerlos, hablar... relaciones personales que han sido muy gratificantes porque hemos visto una evolución espectacular en los mismos, sobre todo en las formas de comunicarse”. Y es que “de empezar reticentes, recelosos, lejanos, desconfiados a desarrollar unas relaciones de amistad y cariño que se ha transformado en una pequeña familia. Es muy gratificante ver esa evolución en la comunicación, cómo han mejorado en salud física y emocional, y cómo se relacionan ahora con las 30 personas que entran y salen cada día de Elcano”.

“Lo segundo que empecé a hacer”, continúa Torres, “es dar clases de español básicamente a marroquíes que han pasado poco tiempo en España y no tenían buen nivel. Uno de ellos concretamente está aprendiendo a leer y a escribir... no sabía ni coger el bolígrafo. Es algo también muy gratificante ver cómo aprenden. Ahora con el Ramadán es más complicado porque duermen por la mañana y ya no estoy. De todas formas hay un compañero que continúa las clases por la tarde y algún que otro sábado también me acerco”.

Lo último, “como apoyo al proceso de desescalada, como los profesionales están centrándose en la realización de currículum, la búsqueda de empleo y vivienda... En mi caso doy apoyo para realizar cursos para la obtención del certificado de Riesgos Laborales y de Manipulador de Alimentos. Y la verdad es que a día de hoy hay como diez personas que tienen ya los dos certificados”.

Magdalena Torres recuerda que “muchas de estas personas han trabajado anteriormente y ahora quieren adentrarse en las campañas agrícolas, y para ellos estamos sacando un certificado hortofrutícola dentro del de Manipulador de Alimentos específico para ese sector”.

“La verdad es que están muy satisfechos, porque aparte de los certificados se les dan horas de formación y van a salir con los dos certificados, con su currículum elaborado y con sus datos en muchas plataformas de empleo”, indica.

Torres reconoce sentirse “muy contenta, un trabajo muy bonito y muy gratificante… siempre que se necesite colaboraré”.

La idea es que cuando todos podamos volver a la calle, tras el confinamiento, ellos regresen a una casa... y no a las calles. Objetivo que también confirma la concejala de Asuntos Sociales, Helena Fernández. “Desde que se decretase el Estado de Alarma, nuestro primer objetivo fue proteger a las personas sin hogar y hacerlo en las mejores condiciones, habilitándoles un espacio para su confinamiento, al ser un colectivo de riesgo que cuenta en muchos casos con patologías previas”, afirma la edil que recuerda que “con el tiempo en contra y con mucho esfuerzo, se habilitó el Centro Elcano y el Albergue Municipal. La primera semana fue dura, porque estas personas no entendían por qué tenían que estar confinadas y por qué no podían salir.... Pero ese trabajo a dado su fruto y por eso estamos en la etapa que estamos”.

Sin hogar Elcano.

La responsable municipal de Asuntos sociales destaca tres pilares, “el personal técnico de Servicios Sociales, Protección Civil y la Fundación Atenea, que es la que gestiona los recursos de las personas sin hogar a nivel municipal”. Al respecto apunta el hecho de que “aumentamos el personal técnico de 18 personas a 35, tanto ayudantes para el reparto de comida, como trabajadores sociales para la gestión de las ayudas”. También agradece “a la Delegación de Salud por sus consejos y ayuda”.

Otro de los pilares es el voluntariado. “Su selección ha sido muy exquisita porque necesitábamos un perfil muy determinado y especializado. Con gente formada en trabajo social, en medicina, en colectivos, en cooperación internacional, que han desarrollado una labor impresionante”

Y el tercer pilar han sido “los colectivos sociales, aquellos que siempre están presentes. Colectivos que tuvieron que cerrar sus puertas debido al confinamiento. Estos colectivos han estado colaborando y con ellos  estamos trabajando de manera conjunta la desescalada”.

Trabajo de los voluntarios de Elcano.

 

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