Hace ahora un año la Junta de Gobierno Local dio el visto bueno al proyecto que sacó a licitación pocos días después el Instituto de Fomento Empleo y Formación para la reurbanización de la plaza Viudas y la pavimentación de la calle Virgili. Una actuación enmarcada en el Plan Urbana, para el desarrollo sostenible, la regeneración económica y social y la mejora de la calidad de vida de los vecinos de los barrios de San Juan, Viña, Balón y Mentidero.
El objetivo de los trabajos era dar más carácter de plaza a este lugar y peatonalizarla para mayor disfrute ciudadano. A tal objeto se han eliminado barreras arquitectónicas, y se han añadido elementos de mobiliario urbano potenciándose además la iluminación. En un princpio estaba previsto que estas obras acabasen a finales de este mes.
Pero queda un fleco pendiente que puede derivar en otra nueva polémica. En la remodelación de la Plaza Viudas se proyectó en su día un pedestal que acogiese el busto de Sor Ángela de la Cruz. Para quien lo desconozca Santa Ángela fue una religiosa española fundadora de las Hermanas de la Cruz, una orden con presencia en Cádiz desde hace más de 30 años, y que realiza una labor encomiable con los más pobres y necesidados de la sociedad gaditana. Pues bien, hace unos días empezó a rondar por las redes sociales que el Equipo de Gobierno se oponía a que el busto fuese colocado en esa plaza (Antonio Burgos también se hizo eco de ello a través de su cuenta de Twitter).
Este periódico se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento y fuentes municipales han admitido que ese monumento se encuentra en estudio y su ubicación dependerá de si el mismo va en consonancia con el entorno.
Estas fuentes hicieron hincapié en que la colocación del busto fue una decisión del anterior equipo de gobierno y que es independiente a la financiación de la obra, es decir, la reurbanización de la Plaza Viudas va a ser financiada con fondos europeos con independencia de que se coloque el monumento a Sor Ángela o no.
En el caso de que el busto no se integre en el entorno, el Ayuntamiento no ha precisado si le buscará otro emplazamiento o si, directamente, no se colocará.
Al tratarse de una monja, es inevitable pensar que el Equipo de Gobierno se esté negando a colocar el busto por cuestiones puramente ideológicas y utilice una justificación como la del entorno para que el monumento no se ubique donde se había aprobado. Máxime cuando el Consistorio no aclara si buscaría otro lugar para ella o si, simplemente, modificaría el proyecto de monumento que se le ha presentado a fin de encajarlo bien en el entorno, porque cuando se quiere hacer algo, hay maneras para hacerlo. La polémica, una vez más, está servida.