“Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además, también lo son la mitad de los que no lo parecen”. F. de Quevedo.
En política se han escuchado durante años, es de reconocer, tremendas barbaridades, innumerables mentiras o verdades a medias que son, en realidad, medio mentiras, se ha engañado al electorado con promesas falsas, imposibles de cumplir, pero nunca había oído tanta estupidez junta tan seguida. Puestos a elegir, es casi preferible, entiéndase, una mentira con estructura, meditada, bien planteada que, en el fondo, siembre dudas, haga creer que lo dicho podría ser verdad, construida con solidez, que se note que está trabajada. Da igual que la mentira sea de izquierdas o de derechas. La estupidez es otra cosa, es bastante peor. Te rebaja mucho, es vulgar y terriblemente ofensiva. Que si el despacho es más grande que su casa, ¿y?, que otro no quiera licenciados en Oxford sino a amas de casa “solteras”, me pregunto por qué no “casadas”, como asesoras en economía, mientras otro se “caga” en la Constitución, aplauda a los Grapo, que la de allá pida a madres para limpiar colegios y rectifique después para incluir a padres, menos mal, que otra no vaya a cumplir las leyes que considere injustas o entienda que el turismo que llega en barcos es malo porque es elitista, otro con chistes xenófobos porque le hacían gracia y no se le exija el acta, que graben en directo negociaciones políticas que cuando las ves parecen obras de teatro, muy malas, que haya quienes propongan convertir las rotondas o zonas verdes de las ciudades en huertos, que otra tome posesión dando el pecho en público cuando, para nada, hay necesidad de mostrarle al país su blanca ubre, o otra se coloque una camiseta con el “no pasarán” mostrando ovarios y, para remate, que la actual portavoz de Podemos en el gobierno de Madrid, nada menos, confunda libertad de expresión con interrumpir una misa desnuda de cintura para arriba al grito de “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”… El principio de la libertad es el respeto a los demás, tan sencillo como eso; tan complicado para quienes se creen dueños de la verdad absoluta e ignoran el derecho a opinar, a pensar, distinto. En resumen, como decía Claude Chabrol: “La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la tontería no”.
Cádiz. Los municipios comienzan a asimilar el nuevo orden político resuelto tras el 24M. Relevos, llegadas, despedidas y bronca son palabras que inundan pasillos; incertidumbre, preocupación y tristeza, otras. La calle te da, la calle te quita, lo hace además ingrata porque no tiene memoria. Como debe ser. En Cádiz, Kichi alucina con su nuevo despacho, ese que era de Teo, al tiempo que mira papeles e intenta enterarse del funcionamiento de un negocio llamado gestión pública y que nada tiene que ver con otro llamado disertar sobre gestión pública. Oficialmente pide que se le nombre como José María, pero en privado gusta responder por Kichi; municipalizar la recogida de basuras a través de una especie de empresa mixta y romper con Valoriza es una idea, acabar con la propaganda de las pantallas Led haciendo propaganda al decir que ya no se hará más propaganda ha sido otra. En Jerez todo es más difícil. Pese a la minoría de siete concejales frente a 20, pese al conflicto cruel interno entre las dos facciones con lanzamientos de bolsos y bolígrafos, amenazas e histeria general incluida, pese a la batalla campal por dominar la juntas de gobierno, pese a todo, el ayuntamiento sigue abriendo las puertas cada mañana. Eso sí, por Consistorio se respira denso, como cuando una calma pastosa anuncia levante y se desconoce cuándo ni por dónde saltará. ¿Y lo mío? Es la pregunta que sopla por las esquinas en espera de que alguien responda. ¿El PP? De momento, desaparecido. La preimputación a Pelayo por lo del Gürtel ha rematado una semana negra, de las que la ex regidora no podía imaginar y se produce, además, en el año de confección de listas a nivel nacional y estar imputado durante este proceso no es buena cosa.
Mientras, el PP en Diputación respira hundimiento colectivo; se deciden los doce diputados: Davinia Valdés (por el partido judicial de Sanlúcar), Pepe Loaiza (San Fernando), Lidia Menacho y Javier Durá (Jerez), Germán Beardo (El Puerto), Silvia Muñoz (La Sierra), Carlos Mescua (San Roque), Inma Olivero, Luis Ángel Fernández y Pilar Pintor (Algeciras), Ernesto Marín (Chiclana) y Mercedes Colombo (Cádiz); el portavoz será Loaiza, liberado, acompañado de Mercedes Colombo, que tendrá dedicación parcial como hasta ahora.
También se hacen otras cuentas, por ejemplo la de los tres primeros a las listas para el congreso por cuanto las plazas están muy cotizadas y las elecciones, pudiera ser, a la vuelta del verano porque al PP ahora transformado, o eso dicen, le puede venir bien hacerlas coincidir con las elecciones separatistas catalanas y, sobre todo, con la radicalización nacional de la política y el desgaste que con ello puede sufrir su adversario Sánchez. Pero, haciendo cuentas, es difícil que por Cádiz salgan más de tres y, de entrada, hay cuatro púgiles que dan el peso: Teo, Sanz, Landaluce y Loaiza. Se admiten apuestas sobre el orden.
Por lo demás, Irene García pactará con PA e IU, posiblemente a través de un acuerdo programático firmado, con foto institucional incluida, un día antes del pleno de investidura previsto para el próximo viernes 26. A Antonio Jesús Ruiz, que entrará liberado, le interesa porque desde ahí puede lograr cercanía de la institución para sus gobiernos municipales y avanzar en ese proceso regenerativo interno en el que está inmerso, al margen de darle cierta estructura a su partido, además de negociar las mancomunidades de La Janda y del Campo de Gibraltar, que sería presidida por Gema Araujo, ex alcaldesa de La Línea, si logra entenderse con Jorge Romero, alcalde de Los Barrios, y con él sortear el pacto de servicios que mantienen Landaluce (PP) y Ruix Boix (PSOE). Por otra parte, Cárdenas es Cárdenas y sabe que quedarse fuera del gobierno es tontería. El PSOE obtiene, con los dos, una mayoría sobrada, cede algunas competencias menores en la división de diez áreas que se plantea y junta a PP, Podemos y Ganemos en la oposición.
Dedos. Lo estoy pasando mal. Desde que lo vi, no descanso como debiera. Nervioso, inquieto todo el rato, el apetito difuso, perdido incluso el interés, y esto es grave, por la buena mesa, con lo que uno ha sido. Desganado. Quizás sea solo una cuestión de tiempo y, pronto, deje de verlos en todo. Confesaré algo. Los hombres hacemos un ejercicio titánico para no arrastrar la mirada sobre un escote realzado, bien bonito, porque se sabe que ella es lo que espera, cazarle mirando y, por tanto, hay que fijar la vista al frente para no caer. Es así. Muy duro. ¿Cómo evitar ahora mirar al suelo en busca de meñiques voladores? ¿Cómo? ¿Es una moda? ¿Tiene alguna connotación erótica que no entendemos? No nos merecemos tanto sufrir.
Bomarzo
