La centenaria mantequería Miña Terra, uno de los establecimientos emblemáticos de la ciudad, ubicada en la calle Cristobal Colón, cerrará sus puertas si nadie lo remedia en febrero. Miguel Pérez, la persona que regenta el negocio desde hace más de 30 años se va a prejubilar por motivos de salud y ninguno de sus tres hijos quieren seguir el ejemplo de su padre.
Aunque el establecimiento tiene “varios novios”, por ahora no hay nada consolidado. Así que por el momento, la historia de Miña Terra acabará en cuestión de dos meses. “Yo espero que de aquí a febrero aparezca alguien por aquí, gente interesada hay mucha, el problema es el económico, como siempre”, asegura Miguel. El negocio sigue siendo rentable, ya que mantequerías como tales sólo hay dos en el centro de Cádiz, la ubicada en la calle Valverde llamada El Bulevar, y ésta. El secreto para mantener este establecimiento es aparentemente sencillo: “ Traer productos de primera calidad, ofrecer un trato personalizado al cliente y, por supuesto echarle muchas, muchas horas”.
Los productos estrella de este comercio siempre han sido los ibéricos de Hermanos Cárdenas y el bacalao, además de las conservas más punteras del país. “No es fácil mantenerlo, porque los artículos que traemos son muy caros, pero es la única manera de que esto siga para adelante, porque es lo que nos diferencia”. “Vivo muy cerca de aquí, y me gustaría verlo abierto cuando salga a la calle. Animo a la gente joven a que sea valiente y se meta en esto. Ahora eso sí, hay que se consciente de que le va a suponer un gran sacrificio y que van a tener renovarse continuamente”. Miña Terra se dedicó en sus comienzos a abastecer a los barcos del muelle. Al desaparecer esta actividad el establecimiento supo evolucionar hasta convertirse en una de las tiendas gourmets de más prestigio de la ciudad.
