Francisco Javier Segundo Astorga Chico formó parte del primer equipo cadista durante cuatro temporadas y media en las que aportó sus goles y su lucha incansable. Además de haberse diplomado como Graduado Social, pasó del terreno de juego a los banquillos, desde donde ahora se encarga de ofrecer lo mejor de sí a los jóvenes valores de la cantera del club que le vio nacer como futbolista.
¿Igualar el subcampeonato de Andalucía es complicado, pero ¿qué techo se pone este año?
—Son otros chicos, no les meto presión, pero intentaremos quedar lo más arriba posible. Trato de que sean competitivos cuando jugamos y de esa forma el resultado debe ser positivo, aunque la clasificación es algo secundario.
¿Con qué jugador se quedaría del pasado año?
—Es muy difícil, por no decir imposible, elegir a uno porque había muy buenos jugadores, es una las generaciones del Cádiz en la que se tienen puestas más esperanzas.
¿El equipo es totalmente nuevo esta temporada?
—Sí, no repite ninguno. Es el bloque del Infantil B, menos un par de niños que se fueron. Ninguno de los dos infantiles tenemos ahora a los mejores niños de la provincia de Cádiz, cosa que sí ha ocurrido otros años. Empezamos tarde y los niños se decantaron por otros equipos.
Eso es por la situación que atravesó el Cádiz en verano...
—Sí, aunque siempre pensé que, independientemente de quién estuviera al frente, íbamos a salir, con algunos recortes, pero era optimista.
¿Conocía ya a sus nuevos jugadores?, ¿alguno le sorprende?
—De reojo los conocía porque los veía en el Infantil B, pero ahora teniéndolos personalmente ves jugadores que creías de una forma y al trabajar a diario son de otra. Casi todos te sorprenden, algunos para mejor y a otros vemos que les faltan algunos conceptos. Se nota cierta falta de disciplina táctica en ocasiones, pero trabajamos para corregirlo.
Defínase como entrenador.
—Soy cercano a los jugadores, no sé si es bueno o malo, pero lo soy. Sobre todo, les digo muy claro lo que deben dar en el campo y lo que se les va a pedir en el futuro. Siempre he tenido buenos vestuarios y en parte es porque me los gano, pero también me gusta ser exigente porque deben ser competitivos y están en una fase en la que deben demostrar en cada entrenamiento y partido que son los mejores. Les digo que si entrenan mal juegan mal, me gusta que mis equipos tengan carácter.
¿Cómo gestiona el reparto de minutos entre sus futbolistas?
—Me parece muy injusto tener a un niño más de dos semanas sin convocar, no son edades para que estén en la grada, así que no permito que se eso ocurra, me lo autoexijo. Tengo que dejar fuera a seis de los 22 cada semana, el año pasado dejaba fuera a nueve, pero todos terminaron contentos con el reparto y espero que vuelvan a quedar satisfechos esta temporada.
Su cuerpo técnico sí es el mismo del año pasado, ¿verdad?
—Sí, tenemos a David Almorza como segundo entrenador, a Miguel Costa de Preparador Físico y a José Luis Fernández como Delegado.
¿Qué le gustaría que sus jugadores recuerden del tiempo que les entrenó?
—Que más de un consejo de los que les ofrecí les sirvió para progresar, con el simple hecho de que lo recuerden me consideraré premiado.
¿Aspira a entrenar pronto a equipos de mayor edad?
—Estoy bien así, pero llevo tres años en infantiles y me gustaría probar en otras edades. No me lo planteo a corto plazo, pero sí a medio.
¿Tiene algún entrenador como modelo a seguir?
—De todos los que he tenido se me han quedado cosas que intento transmitir, pero no tengo uno a imitar, lo que sí me gusta es el modelo tipo Simeone, como era Preciado o ahora Antonio Calderón, gente cercana a los jugadores, pero que no les doran la píldora, hablan claro y lo que quieren lo piden muy conciso.
