El Atlantis se despidió ayer de la Estación Espacial Internacional (EEI) para siempre, al iniciar su viaje de retorno a la Tierra.
El Atlantis se despidió ayer de la Estación Espacial Internacional (EEI) para siempre, al iniciar su viaje de retorno a la Tierra, con el que la NASA dará por concluido el programa de los transbordadores, un capítulo de treinta años de historia cuyo final dejará un sabor “agridulce”.
Los astronautas fueron despertados con la canción Don't Panic, de Coldplay, que fue dedicada al piloto Doug Hurley, responsable de guiar al Altantis en su maniobra de desacoplamiento de la EEI.
La nave, con sus cuatro astronautas a bordo, soltó amarras de la EEI a las 06:28 GMT, cuando se encontraban a 391 kilómetros sobre el Océano Pacífico, al este de la localidad de Christchurch (Nueva Zelanda), tras 8 días, 15 horas y 21 minutos acoplada al laboratorio orbital.
El Atlantis completó una pirueta en torno a la EEI con el objetivo de que la tripulación de la estación pudiera hacer una inspección ocular del transbordador, mientras desde la nave tomaron fotos tridimensionales de alta calidad con el brazo robótico.
El propósito es determinar la condición de los paneles térmicos que revisten la cubierta, el borde delantero y la superficie de las alas que protegen el Atlantis que, al entrar en la atmósfera a su retorno, se someterá a una temperatura de unos 2.000 grados.
La tripulación compuesta por el comandante Chris Ferguson, el piloto Dough Hurley y los especialistas de misión Sandra Magnus y Rex Walheim volvieron a agradecer la “hospitalidad” a los tripulantes de la EEI, antes de comenzar a alejarse del puesto orbital por última vez con rumbo a la Tierra.