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Carmen Álvarez, alcaldesa de Sanlúcar, o el arte de eludir responsabilidades

La líder de IU culpa al PSOE a la oposición y a gobiernos anteriores del caos en el que se haya sumido el Ayuntamiento, con el pacto de Gobierno en el alambre

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  • Carmen Álvarez, alcaldesa de Sanlúcar. -

No cabía dudas de que la salud del pacto de Gobierno entre IU y PSOE “es mejorable” hasta este lunes, cuando el Pleno sobre el estado de la ciudad acabó convirtiéndose en un campo de batalla entre ambos partidos. El pacto de Gobierno está en la UCI. La indisimulada tensión entre Carmen Álvarez y Víctor Mora en las últimas semanas marcó una sesión que el ex primer edil, así lo dijo, inició como Gobierno y finalizó sintiéndose fuera del mismo. La

La alcaldesa reconoció que existían “rencillas” para justificar la anómala situación  y, aunque trató de apelar al entendimiento para frenar a la derecha, que no para de ganar elecciones en Sanlúcar, ella misma lo dijo también con todas las letras, lanzó una pregunta a la bancada socialista que sonó a ultimátum, “¿prefieren estar en la oposición?”, para agregar posteriormente que la alianza entre las dos formaciones “tiene que funcionar sí o sí”, aunque no parece que sea fácil.

El principal escollo, aparte de que en lo personal no hay sintonía alguna porque IU ha sido despiadada con el PSOE, al que incluso denunció en el juzgado, es el nuevo presupuesto.

Víctor Mora reclamó partidas para las delegaciones con concejales socialistas como juventud, turismo, empleo o vivienda y sacó pecho de la gestión económica y el saneamiento de las cuentas para justificar el reparto de fondos.

Carmen Álvarez rebajó el optimismo por los números, para evitar, remarcó, que los sanluqueños crean que el dinero del superávit “es un dinero que está ahí”. No solo cuestionó en este sentido al PSOE, sino que defendió que el grueso de los recursos deben reforzar limpieza y mantenimiento, admitiendo de este modo que los sanluqueños y la oposición tienen razón al denunciar un déficit preocupante en ambas materias. La alcaldesa señaló que no le duelen prendas en reconocer los problemas de la ciudad, pero sorprendió con un nuevo requiebro al eludir toda responsabilidad.

Carmen Álvarez ha ido perfeccionando esa capacidad para disfrutar del estatus de primera autoridad municipal pero evitar desempeñar el rol.  Más de la mitad de su intervención la dedicó a poner nombre y apellidos a los culpables de que Sanlúcar no funcione: el PSOE hoy, insistió, que no cede a sus pretensiones, y el PSOE de antes; el PP de Juanito, y el PP de hoy, que no arrima el hombro, en su opinión, desde las instituciones que gobierna, Diputación y Junta de Andalucía. En esta ocasión no se refirió, entre otros, a los vecinos, en general, que ensucian mucho, ni a los trabajadores municipales de limpieza o Policía Local, que son unos vagos y quieren cobrar por trabajar, respectivamente, según las declaraciones tendenciosas de sus concejales en el primer año de mandato. Solo salvó al Gobierno central, por el acuerdo de Doñana, y, especialmente, a los delegados de IU y a ella misma, claro, porque trabajan mucho.

Carmen Pérez, quien confiesa que no da crédito ante este “esperpéntico espectáculo”, invitó a la alcaldesa a que, si no sabe ejercer, “no se empeñe en negar a los sanluqueños tener un futuro mejor a costa de mantener un sillón a cualquier precio”.

Hasta ese momento en el Pleno, Carmen Álvarez, beligerante con todos los concejales presentes, los de los últimos 25 años, el PSOE de Víctor Mora y la derecha en general, pidió “paciencia y tiempo”. En la lista no incluyó confianza porque el debate se produjo solo horas después del varapalo en Sanlúcar en las elecciones europeas y un años después de las locales, en las que logró siete concejales que solo se entienden entre ellos.

 

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