Jon Ander Garrido se despidió del fútbol y del Cádiz en la sala de prensa del Nuevo Mirandilla en un emotivo acto en el que estuvo acompañado por el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, y el capitán de la primera plantilla, José Mari. La emoción estuvo a flor de piel en este bonito acto en el que el club despidió a un jugador que ya forma parte de la historia del club con más de 221 partidos de amarillo.
El presidente inauguró la rueda de prensa de despedida afirmó que “Garrido es un jugador que refleja, como uno de los nuestros que es, el espíritu y lo que nos ha traído aquí” . Y es que el vasco siempre ha llevado por bandera sus valores. “Es de las personas con las que hablas y sabes que va a misa porque tiene unos valores que a veces no casa con como otros miran este deporte”, argumentó.
Acto seguido fue José Mari, su excompañero y amigo, quien tomó el micrófono para dedicar unas sinceras y emotivas palabras a Garrido. “Despedir a un compañero como Garrido, y a un amigo, se me hace difícil”, comenzó explicando. Y continuó sentenciando que “Garrincha, como lo conocemos, es un tío especial, distinto y con valores. Es un compañero y un amigo. Todo lo que le ha dado al Cádiz y a nosotros no tiene precio”.
Finalmente, fue el protagonista de la cita el que tomó la palabra, ya emocionado con todas las palabras que le dedicaron. “Estoy aquí para explicar la situación que me ha pasado últimamente. Este año ha sido un poco difícil”, comenzó explicando. Y tras agradecer el trato a Vizcaíno, pasó a dedicar unas palabras a su amigo, “qué decir de José Mari..., vivimos con Cervera la mejor época de mi carrera deportiva. Lo hemos pasado realmente bien y hemos conseguido cosas que jamás hubiésemos pensado”.
Garrido reconoció que lo vivido con el club fue muy especial, y que “jamás hubiese pensado que iba a jugar en campos que he estado, con compañeros que han estado en la élite... Ha sido una pasada, ha sido un viaje precioso, pero se acaba aquí”. Las lesiones no le respetaron y se vio obligado a tomar la decisión de parar. “He tenido 100 millones de lesiones, me he roto por todos lados, pero siempre he conseguido salir gracias a los fisios y a los doctores, que han hecho de amigos y psicólogos”.
Garrido finalizó su discurso afirmando que “aquí termina este viaje tan bonito. Me voy enamorado de esta tierra y empapado de cultura”.