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La Marea Blanca urge el fin de las consultas telefónicas del SAS

La plataforma en defensa de la sanidad pública reclama el regreso de la presencialidad a los centros de salud de Cádiz

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  • Antonio Vergara, portavoz de la Marea Blanca de Cádiz. -
  • Pide limitar estas citas a trámites administrativos y seguimiento de tratamientos que no requieran de revisión del paciente
  • Las consideran una “excusa” para “seguir deteriorando” la sanidad pública

La Marea Blanca de Cádiz, la plataforma en defensa de la sanidad pública gaditana, quiere poner fin a las consultas telefónicas desde los centros de salud. “Un diagnóstico no se puede hacer con una llamada”, asegura uno de sus portavoces, Antonio Vergara. Este tipo de consultas por teléfono se normalizaron durante el confinamiento que trajo el Covid y han continuado a pesar de la mejora de los datos y la reducción de los casos. “Es una excusa para seguir deteriorando la sanidad pública en favor de la privada”, opina este colectivo. El Servicio Andaluz de Salud puso a disposición de los pacientes la posibilidad de ser atendidos por teléfono en vez de presencialmente en los peores momentos de la pandemia.

Entonces los médicos de atención primaria empezaron a escuchar los síntomas que les explicaban los pacientes y trataban de acordar un tratamiento en función de esas explicaciones. Solo en los casos más graves o más difíciles se requería la presencialidad para poder realizar una exploración física. “Es una aberración que esto continúe así, no tiene ningún sentido”, considera Teresa Almagro, también de la Marea Blanca. “Las consultas telefónicas solo deberían servir, y en eso sí nos parece bien, para resolver trámites administrativos de tu centro de salud, o para continuar tratamientos que no necesitan una revisión del paciente”, asegura, “pero atender un dolor de hombro o una otitis por teléfono, sin una exploración, no tiene ningún sentido”.

La Marea Blanca ha denunciado también que se ha convertido en otra norma que las llamadas consultas de acogida, las urgencias que se atienden en los centros de salud, sean atendidas por profesionales de enfermería y no por médicos. “Se están dando muchos casos de que las enfermeras son las que diagnostica y deciden un tratamiento, algo que nos parece un fraude sanitario”, se queja Antonio Vergara. “No es que estemos atacando alas profesionales de las enfermeras, que realizan una labor fundamental, pero que no pueden asumir funciones que no les corresponden”. El colectivo en defensa de la sanidad pública reclama que, cuanto antes, desaparezca este tipo de asistencia porque supone la asunción de responsabilidades a los profesionales de enfermería que no les corresponden. “La enfermera estamos para cuidar, no para decidir un diagnóstico, algo que le corresponde a un médico, por lo que no entendemos cómo se están produciendo estas consultas de acogida, que se justifica en la falta de médicos”, explica Teresa Almagro.

Según los datos de la Marea Blanca, 8.000 profesionales médicos andaluces, formados en esta comunidad, están trabajando fuera de Andalucía. “Lo hacen porque las condiciones que encuentran en otras comunidades o países son mucho mejores que aquí”. Y ponen ejemplos concretos. “Este verano se ha producido el caso de que llamaron para cubrir una plaza de médico en el centro de salud de Zahara de los Atunes. La llamada se produjo un día antes de tener que acudir a su puesto de trabajo, pero cuando ese médico trató de buscar alojamiento en la zona en pleno verano se dio cuenta de que lo que le pagaban no llegaba para asumir el coste del alquiler. Le costaba dinero ir a trabajar”, denuncia Almagro.

La preocupación por la falta de recomposición de la sanidad pública crece, al mismo tiempo, que la Marea Blanca observa un crecimiento continuo de las derivaciones a la privada y también de la apertura de nuevos centros médicos de diferentes empresas. “Está claro que no puede atender igual de bien una sanidad pública, que es la de todos, que una empresa que quiere hacer negocio”, sostiene Teresa Almagro. En el caso de Cádiz capital se ha reforzado la presencia de la empresa de Pascual con la confirmación, tras la renovación del convierto sanitario, de la clínica de San Rafael como hospital de referencia en el casco antiguo gaditano, des esta forma los casi 40.000 usuarios del Olivillo, La Merced y el Mentidero podrán usar sus urgencias o también sus especialistas. “Creemos que esto va a terminar cerrando urgencias que son fundamentales de la sanidad pública como las del Olivillo, y sería un atraso y una pérdida muy importante”, alerta Antonio Vergara, que ve en todos estos movimientos un rápido e irreversible proceso de privatización y de pérdida de conquistas públicas. La Marea Blanca apoya la construcción del nuevo hospital de Cádiz, aunque no tiene noticias del plan funcional anunciado por la Junta para decidir el contenido y prestaciones de este proyecto. “Nadie nos ha preguntado, ni consultado”. El colectivo cree, no obstante, que antes que una nueva infraestructura sería más útil reforzar y consolidar lugares con escaso uso, como el Hospital de San Carlos de San Fernando.  

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